Días atrás me llegó un correo de un sumiso, un cliente de Coruña, donde estuve a primeros de año, realizando sesiones.

En el mismo me contaba una, realmente, triste, frustrante y dolorosa historia de sesiones fraudulentas en lo que se suponía que debía ser una sesión de BDSM Profesional. Y es que, sin duda, un de las grandes plagas a las que nos enfrentamos es la del intrusismo. Gente que con la excusa del BDSM profesional lo que hace es una mala mascarada de pseudo dominación, sin todos los prolegómenos, sin la debida toma de contacto, sin la sensibilidad que este trabajo requiere. Además, sin demostrar profesionalidad, seriedad ni respeto por el cliente, que me parecen fundamentales.

No es el primer caso que escucho, así como el de suplantación o engaños directamente donde una domina anunciada en una web o cualquier otro medio no es la misma que el cliente se encuentra en la cita concertada, con la ruptura de confianza resultante, haciendo que los clientes sean cada vez más reacios a contactar y a acudir a nuevos encuentros para poder aliviar esa necesidad que es a lo que nos dedicamos las dominas profesionales.

Y es que, como manifiesto propio, pese a que yo siempre he sido de la rama del «vive y deja vivir», no puedo menos que indignarme ante todos y todas aquellos que entran en este mundo del BDSM profesional e intentan estafar a los que acuden de buena fe, donde cualquiera con una fusta se hace llamar domina y sin conocimientos, con desdén, sin ningún tipo de profesionalidad se limitan a repartir fustazos, a usurpar la autoridad y el buen hacer de una auténtica dominante que sabe qué quiere el cliente en toda su profundidad, y sabe guiarlo a través de su fantasía para llevarlo a un estado de realización.

ghalia en el trono

Porque nuestra labor no es repartir fustazos, el BDSM profesional no es ser altiva, desdeñosa, ni maleducada. Sí, es un trabajo por dinero, y eso no se puede negar. Pero también se exige, yo me exijo, y sé que otras profesionales del ramo, se esfuerzan día a día por llevar a cabo un trabajo impecable, a medida de cada cliente, en un continuo trabajo y esfuerzo por mejorar, aprender más cosas, cubrir más áreas. Por eso el intrusismo es tan venenoso; que cualquiera que agarre una fusta se crea dominante, sin conocimientos, sin respeto ni el menor asomo de vergüenza, usurpe lo que hace realmente una profesional de este trabajo.

A todos esos sumisos que han pasado un mal trance en un caso parecido, seguid confiando: siempre hay una dominante profesional que os puede atender y con su atención, realmente, borrar esa mala experiencia. Yo estoy ahí, al igual que otras muchas profesionales, para vosotros, para los que de verdad necesitáis un remanso, un refugio, un lugar donde poder expresar esa fantasía y así hallar un momento para vosotros mismos entre la incansable vida diaria.

Si alguien quiere saber más datos sobre el asunto de Coruña, no dude en dirigirse a mi correo.

Saludos a todos de Domina Ghalia.

Publicado por Domina Ghalia

Domina Ghalia es una dominante profesional que, a cambio del tributo adecuado, puede hacer realidad tus fantasías de sumisión. Normas de la Mazmorra: No Sexo Convencional. No Desnudos.

Una respuesta a «Intrusismo en el BDSM Profesional»

  1. El intrusismo del que usted habla es uno de los factores que hacen que muchos sumisos a los que por diferentes razones les ha costado pasar la barrera del sexo » convencional» hacia algo mas, se sientan decepcionados, confundidos y en muchos casos arrepentidos de haberlo dado. Aunque actualmente hay canales para informarse de forma individual sin necesidad de tener un Cicerone particular tampoco es menos cierto que a veces resulta dificil distinguir el grano de la paja, bastan dos o tres malas experiencias con su correspondiente desembolso económico para frenar futuras iniciativas y quien sabe cuantos sumisos victimas de malas practicas se habrán alejado de su destino por culpa de gente sin escrupulos?

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