De vez en cuando me llegan solicitudes para entrevistas. No sería la primera vez que se atiende a un periodista o blogger y se colabora, siempre de buena fe, en lo que se puede.

Se han hecho fotos de la mazmorra, proporcionado sesiones fotográficas (pagadas por mí en algunas ocasiones) y se atienden a todas o casi todas las preguntas (siempre me reservo algunas de las preguntas, sobre todo aquellas que tienen que ver con mi ámbito más privado o los de aquellos que trabajan conmigo, así como, por supuesto, la intimidad de mis clientes, uno de los pilares fundamentales e inviolables de mi profesión).

Hay entrevistas que salen estupendamente, como la de bedeseme magazine otras que quedan en aguas de borrajas porque al final no salen o se descartan y otras que, simplemente, escriben lo que les parece y, no digo que malinterpreten, sino que buscan la atención del público de formas distintas y que no son fieles a las entrevistas ni a los parámetros dados.

spanking

Este último ejemplo, que me ha sucedido hace poco, es el que demuestra qué poca comprensión hay sobre el mundo del BDSM. La entrevista al final se ha centrado en los puntos más alejados, en los más sensacionalistas y casi revela algunos datos personales; ese es uno de los puntos que dificulta la aceptación del BDSM en la sociedad actual. Y es que si la óptica de los medios solo se centra en la gente que se hace daño siguiendo a 50 sombras y otras memeces en lugar de resaltar cómo puede (siempre en su justa medida) ayudar a mantener un adecuado equilibrio psicológico, a mejorar la vida de sus practicantes, a descubrir nuevas formas de conocerse, de confiar, de sanar y crear un ser aún más fuerte del que entra por primera vez en una mazmorra (o en una habitación privada, si es en la pareja).

No es tanto pedir un trato justo del BDSM como una forma de relación consensuada, sana, segura y consentida entre adultos, (por más que otros debates traten de llevarla a extremos, sin conocerla, y a demonizarla). Pero parece que ese camino aún está en pañales. Así que a partir de ahora las directrices para las entrevistas serán distintas y más condicionadas. No voy a consentir que se me tergiverse, se hable de lo que NO ES, y donde NO se debe prestar atención.

Es por eso que me gustan más los medios especializados de nuestro ámbito, aunque tengan menos alcance. Y, de todas maneras, no necesitamos la aceptación de la mayoría. Porque nunca la tendremos. Solo ser nosotros, ser auténticos, y disfrutar de lo nuestro.

¡Azotes para todos!

Una respuesta a «Verdades y entrevistas. BDSM bajo la lupa.»

  1. Para los que amamos el bdsm es muy instructivo oír a una diosa como ghalua

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