Hay mil formas de llevar el BDSM a los límites del hogar sin necesidad de hacer una mega inversión en parafernalia, cueros y útiles hasta que nos sitnamos preparados o, simplemente, porque nuestras circunstancias no nos dejan tener aperos especializados entre los muros de casa. ya sabéis a qué nos referimos: hijos cotillas, visitas, la abuela viviendo en casa, que qué es ese chisme para caballos que tenéis en la habitación, suelta eso abuela…
En fin. Hay formas de preparar un entorno con un coste muy bajo y con útiles que tenemos repartidos por la casa y que de otra manera son totalmente inocuos.
Como siempre, recordar que todo lo que se habla de BDSM, casero o no, debe ser SSC, Sano, Seguro y Consensuado, y que de ello, nuestro sentido común y de nuesta confianza en la pareja va a depender en gran medida lo bien que nos lo vayamos a pasar y lo que pueda evolucionar el asunto.
Independientemente de quién de los dos (o tres si se da el caso, o más, ya que estamos) sea el dominante los aparejos que proponemos suelen estar bastante a mano y se pueden utilizar sin demasiados problemas tomando siempre las precauciones adecuadas como que todo esté limpio, desinfectado sobre todo si entra en contacto con mucosas, etc.
Veamos ya, dejando el preámbulo aparte, lo que podemos hacer con lo que haya en casa o lo que podamos conseguir por muy poco precio.
Inmovilizaciones
Inmovilizar a nuestra pareja puede ser divertido. Para provocarla, torturarla suavemente (sobre todo combinado con vendaje en los ojos para añadir el «factor sorpresa», etc. Por supuesto lo ideal son unos grilletes o unas muñequeras de piel, polipiel o cuero pero como no siempre lo tenemos disponible, hay ocasiones en que cosas que tenemos en casa son la mar de prácticas:
Cinturones:
Una buena atadura, cerrando bien el cinturón justo por encima de los codos y pasando por la espalda para que las manos queden atrás, hace que sea una restricción bastante graciosa con la que poder jugar, ideal para poner a la parte sumi de rodillas o de pie. Además es fácil de quitar y, ¿quién sospecha de un cinturón?
El cinturón de una bata o albornoz también vale aunque en este caso además hay que anudarlo. En las batas de telas finas como seda o raso, no se recomienda porque esos nudos son difíciles de deshacer. Las batas de tela de rizo son más versátiles y se pueden quitar sin mucho problema. Si queréis usar una de las primeras telas que hemos dicho, un truco es poner algo en medio entre el primer y segundo nudo, para que así quede un hueco para deshacer mejor el nudo. Podéis usar un palillo chino, el mango de un peine o algo similar. ¡Diversión asegurada!
Si siempre habéis querido que os aten o atar a una cama y no tenéis cabecero, podéis hacer los nudos a las tablas del somier. Una forma divertida es usar cuatro tiras de tela con un nudo corredizo y en el otro extremo doble nudo con unos palillos chinos que luego colocaremos entre las lamas del somier. Así no hay que andar anundando y desanundando. Es un poco “bricosado”, pero muy divertido cuando lo tenéis todo hecho.
Pañuelos:
De nuevo, que no sean de un tejido al que si hacemos nudo no se pueda abrir después, ojo con eso.
Bufandas, pasminas:
La versión grande del pañuelo sirve tanto para inmovilizar como para crear vendas en los ojos o en toda la cabeza que nos permitan jugar adecuadamente.
Hay más cosas en cuanto a las ataduras: con unos simples cordones y dobles nudos en 8 se pueden hacer unos grilletes de cuerda, y las cuerdas de tender siempre son muy recurridas (cuidado por dónde las pasáis, que no se deslicen por la piel muy rápido para que no provoquen una quemadura).
Spanking casero
Para el spanking casero podemos usar multitud de aperos que nos hagan las veces de instumento especializado:
- Una zapatilla.
- Palas de ping pong.
- Cucharas o paletas de madera de la cocina (solo vigilad que no tengan ninguna astilla, sobre todo las de bambú).
- El siempre recurrido cepillo del pelo ancho, de madera.
- Un cinturón (de nuevo, el cinturón. Pero hay que controlar bien el impacto puesto que puede dejar marcas fácilmente, sobre todo si se dobla a los lados y golpea con los filos).
Estas son soluciones que siempre tenemos a mano. Otra cosa es que ya, además tengamos un montón de material a nuestro alcance para confeccionar nuestros floggers, azotes con varas, disciplinas de cuerdas, etc. Por ahora el bricosado lo dejamos para otra ocasión. Aunque os dejamos un artículo interesante de VICE sobre el tema.
Tortura
Y con tortura nos referimos a prácticas controladas de excitación/dolor.
Quizás unas de las aliadas más recurridas que tenemos sean las pinzas de la ropa. Pero eso sí, las más recurridas son las de madera porque tienen un agarre más suave, sobre todo para las zonas más sensibles. Si lo que queremos es más dureza porque nos gustan las sensaciones más fuertes se puede recurrir a las de plástico, algo más duras, pero siempre vigilando que la zona de agarre sea plana y no de punta, poque entonces es mucho más dolorosa o dejar marca.
También podemos usar palillos chinos, atando gomas elásticas en sus extremos. Cuanto más pequeña o más vueltas tenga la goma más fuerte será el agarre. Son magníficos sobre todo para pezones como para lengua.