Hay una serie de consideraciones a seguir para usar dildos tamaño monstruoso con tu sumiso o sumisa. Porque obviamente no lo quieres romper. Y al sumiso tampoco.
Da mucho morbo ver cómo al sumiso se le pone cara de espanto, se le hace la boca agua, o las dos a la vez, pero también hay que pensar que estos artefactos no son para todos, al menos de entrada. No todos han tenido la misma experiencia con semejantes aparatos, algunos tardan más o menos en dilatar y quizás les duela.
Sí, vale, en el BDSM se puede buscar el dolor/placer, pero recordemos aquello de consensuado y sensato.
La primera advertencia puede parecer obvia pero ya ha costado algún culo que otro: No usar en amateurs sin una experiencia específica.
El trato de sodomización, además de todo lo que conlleva psicológicamente para el sumiso (humillación, placer/culpabilidad, desautorización de su hombría, según el caso) siempre tiene que ser progresivo y escalado.
Igual que no empiezas una sesión a palazo limpio con todas tus fuerzas sino calentando primero las nalgas del sujeto en cuestión, la sodomización también ha de escalar. No todo el mundo es capaz de aceptar lo mismo por dicho orificio. Y aunque el esfínter anal es muy elástico, a veces hay que entrenarlo, puede que no tenga el día colaborativo o que esté más sensible de la cuenta (recordad, sumisos a dieta de picante y otros irritantes antes de las sesiones de sodomización).

No se trata simplemente de «meter algo por el culo» de un sumiso, sino de un gesto que lleva un simbolismo aparejado. Además de sodomizarle, digo. En la antigua Grecia los vencidos eran sodomizados, despojados así de su hombría. El pasivo siempre era mal visto y es a ese estado al que queremos llevarlo.
Así que para hacerlo iremos progresando, tanto en el tiempo como en la sesión con diversos dildos.
Antes de acceder al estado superior, o sea, a usar el monster-dildo, usaremos aparatos cada vez más grandes. Si al sumiso le cuesta dilatar, hay que entrenarlo más tiempo, con dilataciones usuales, diarias o semanales, en sesión y fuera de ellas para que se vaya acostumbrando. Desde usar un plug cada vez mayor a acabar cada noche usando un dildo durante X minutos para que el esfínter se acostumbre.
Por supuesto el tipo de lubricante también será importante puesto que será recomendable usar unos que favorezcan la anodilatación, uno especializado, a ser posible, sobre todo en los casos en los que más cueste.
Finalmente, llegado el momento de la sodomización monster hay que tener cuidado, haber preparado el área también, tener al sumiso bien castigado y excitado (la oxitocina mejora estos procesos) y por fin empezar con el aparejo. Siempre con cuidado, sin prisa, sobre todo cuando se trate de un culo a estrenar con el mayor de los tamaños.

La sodomización con dildos tamaño monstruoso no tiene por qué ir mal siempre que se haga con cabeza y, por supuesto, parar en el momento en que el sumiso lo pida porque nos estamos jugando su culo y nuestra diversión.
Nota: Todas las imágenes son videos de dominacionyfetichismo.com. Si queréis verlos sin límite, entrad en la página y convencéos de lo mucho que vale la pena.