No todas las parejas que practican el BDSM lo hacen en el mismo modo, ni piensan en las prácticas que lo engloban de la misma manera.
Por un lado tiene que ver con cómo se conoce el conjunto del BDSM, qué nos gusta de él y qué nos motiva e interesa. No todos se pirran por las ataduras, las pinzas en los pezones o azotes con una vara. A lo mejor son solo las restricciones, o el mero sometimiento. Para estar en el «ambiente» no hay que hacerlo absolutamente todo. Baste con que se comprenda y se sienta que las prácticas que llevamos a cabo están incluidas en esas siglas.
En este rango encontramos distintos tipos de relaciones en el mundo del BDSM. Algunas más o menos formales, puede que incluso algunas no sean físicas.
En el caso del FinDom por ejemplo existe la modalidad a distancia donde el sumiso es recompensado por la Domme de ciertas maneras online o con algún regalo esporádico, como ropa interior usada o similar.
Pero en las más cercanas, las más físicas, hay muchos tipos de formas de comprenderlo.
Por un lado está la pareja que podemos llamar «tradicional» donde uno de los dos (o los dos si son switch) tiene el papel dominante y la otra parte la sumisa. Esta pareja puede estar junta sentimentalmente y descubren la intensidad del BDSM y lo engloban tanto como juego de cama o como verdadera filosofía que puede llegar a ser uno de los cimientos de la pareja. Ya hemos hablado antes de que el 24/7 no siempre es posible pero sí se pueden pactar momentos, situaciones, y formas de llevarlo a cabo.
La pareja «solo» BDSM. En el marco de las relaciones de pareja podemos encontrar esta pareja que solo practica BDSM en momentos específicos o con personas específicas. He conocido parejas sentimentales que tienen sus respectivos doms/subs fuera de la pareja (luego son de cierta forma liberales) o que incluso dentro de los límites de su pareja monógama lo practican en momentos y circunstancias determinadas como por ejemplo solo en fiestas y eventos o en noches pactadas o en que a ambos se les apetzca.
La ventaja de este tipo de pareja es que puedes ir conociendo más en profundiad la parte de las necesidades como dom/sub y avanzar mucho en esos planos, y no solo incluyendo prácticas nuevas sino conociendo qué es lo que se espera o quiere en mayor profundidad y llevar a cotas más lejanas la relación D/s.

La relación esporádica es de una pareja que no suele estar junta pero que se encuentra para practicar BDSM exclusivamente. A veces unas horas, a veces unos días pactados entre los dos. Durante los periodos en los que no se está juntos se habla mucho de lo que se quiere experimentar y a dónde se quiere llegar. La ventaja de este tipo de pareja es que se crea una alta expectación y las relaciones y sesiones son muy explosivas debido a esto puesto que se ha estado teniendo «a fuego lento» durante mucho tiempo hasta el momento del encuentro donde las prácticas a veces pasan incluso a un segundo plano primando las sensaciones y el «subidón» de estar en sesión juntos.
La pareja casual es una de las que se da sobre todo entre personas extrañas que buscan un encuentro BDSM esporádico y muchas veces es con desconocidos o gente poco conocida. Puede ser en un lugar pactado como un hotel o un apartamento o en el espacio casual de un evento. La ventaja de este tipo de pareja es la emoción de lo desconocido, de lo novedoso, de ver cómo te trata o con qué te pueden sorprender que no hayas probado antes.
Este tipo se da en gente sabe que necesita BDSM en su vida pero que las circunstancias personales o sentimentales (como una pareja no dada a ello) no le permiten tenerlo de forma inmediata y «se busca fuera» lo que se necesita.
Estas son algunas de las parejas que se pueden encontrar en el mundo del BDSM, aunque seguro que hay más.