La respuesta fácil y rápida es: ganas.
Y ya está, ese sería el post de hoy. 😛
En realidad no necesitas nada de la parafernalia habitual en el BDSM más avanzado por mucho que te intenten convencer. Lo primero que necesitas son, efectivamente, ganas, ganas que deben ser, obviamente, compartidas por la pareja. A partir de ahí podéis empezar. Nada de cuerdas, no hacen falta mordazas o vendas, esposas o palas y fustas.
Y es que tenemos a mano (jijiji) todo lo necesario.
Acordados los papeles de cada uno (top, bottom; si sois switch, acordad a quién le toca cada papel), y sobre todo, los límites. Palabra de seguridad y verificar la seguridad del espacio donde vais a sesionar.
Una sesión no tiene por qué ser mazmorrera, o requerir de un espacio enorme. A veces el salón y el sofá, una habitación o la casa o apartamento. Lo que dispongáis. Y a partir de ahí empezad a explorar.
Siempre recomendaremos hablar mucho antes de meterse a la faena, saber qué espera cada una de las partes. No es lo mismo que el sumiso esté esperando sesiones de gran carga erótica y sexual con poco impacto y tolerancia al dolor y que el dom sea sádico y sea eso lo que busque a que se dé el caso contrario: dom que busca dominación erótica y sumi que sea masoquista. Por eso hay que hablarlo y experimentar con unos buenos cimientos.

No recomendaremos empezar por lo top, empezar a hacer suspensiones y menos sin el equipo adecuado.
Lo mejor, bajo nuestro punto de vista, siempre será empezar tanteando ambos papeles, tanto top como bottom, ver qué quiere cada uno y cómo se desarrolla la sesión. No os desaniméis si la primera sesión no es lo que esperábais, cuestión de seguir, nadie hace bien las cosas a la primera.
En cuanto a instrumentos y ayudas, el bricosado está ahí para socorrernos: una cuchara de madera, una regla del cole, pinzas (de madera) de tender la ropa…
Y la mano. La mano será vuestra mejor aliada. Puede dar castigo y placer, puede pellizcar y acariciar, dar soberanas bofetadas y azotes o provocar con un pulgar acariciando los labios (los que sean).
Por eso os digo que, realmente, lo que necesitáis sobre todo para una primera sesión de BDSM con vuestra pareja son ganas. Ganas, hablar, saber qué queréis probar y a partir de ahí empezar a investigar, descubrir lo que os gusta. Azotes sobre las rodillas, sumisión sexual, humillación, spanking, dolor… hay muchas cosas que no requieren parafernalia. Ya invertiréis en cosas, que al final los bedesemeros algunas veces acabamos adquiriendo chismes que luego no usamos. 😉
Saludos y azotes para todos de Steward.