Que en este mundillo tenemos términos para todo, no es ningún secreto. Uno de los que podemos encontrar por ahí es el término soft BDSM o Soft Domination y toda la miríada de variaciones, en español e inglés, en términos y prácticas.

Pero, ¿de qué va esto del Soft BDSM?

¿Acaso hay niveles, como en los videojuegos?

Pues claro, ya hemos hablado varias veces que el BDSM depende mucho de cómo lo enfoques, si es un juego de cama, si es una parte de vuestra relación sexual, si trasciende la cama y va más allá hasta el comportamiento puntual del día a día o si ES vuestra forma de vida. Varía, y mucho.

El soft BDSM no es más que el BDSM entendido desde una perspectiva de práctica no agresiva. Es decir, no buscas los límites de tu pareja como objetivo, no quieres llegar a hacer lo más hardcore, ni las prácticas más avanzadas. Pero no por ello le quita intensidad, validez y se es mejor o peor en el mundillo por practicar la variante softy.

A lo mejor a una pareja le apetece practicar un poco de BDSM en su relación, con unos límites de prácticas pactados como por ejemplo: sin marcas, sin dolor extremo, con o sin sexo, sin suspensiones, nada de instrumentos de alto impacto o humillación pactada.

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A veces el soft dejará paso a una evolución si se ve que ambas partes quieren más. A veces les bastará solo con eso. Prácticas de dominación, nada de mazmorra, todo casero. Ataduras suaves, mordazas sin exigencias, órdenes, sí, claro y algunos azotes.

¿En qué se diferencia del BDSM tradicional?

Básicamente en que es más un juego de cama entre la pareja que una práctica más profunda que ahonde en una relación de dominación/sumisión que vaya evolucionando en progresión buscando límites y hacer de la pareja el sumi perfecto o a medida del dom. El soft es un juego entre adultos, consentido, que también debe someterse al SSC y demás, pero que no pretende llegar más allá, como una relación BDSM más amplia en la que se tantean los límites, se busca la dureza, las prácticas más duras poco a poco.

Puede parecer un estadio inicial de una relación BDSM y es posible que de hecho algunas parejas empiecen así y que sea la curiosidad, las ganas de saber más y «aumentar las apuestas». ¿Por qué no?

Pero en definitiva el soft BDSM es un juego de cama muy divertido, excitante y realizador que puede dar más tono a las relaciones y las prácticas de pareja. Quizás no vaya de ver cuántos azotes soporta sino de cuánto se excita con ellos. No de cuánto tiempo permanece amarrado con duros nudos y en suspensión, sino de todas las cochinadas le puedes hacer para provocarlo mientras está atadito en la cama a tu merced.