by Steward Metatron

Una de las cosas que preocupan, intrigan e identifican el BDSM en sí es el llamado protocolo.

No hay dos protocolos iguales, siempre variará y se adaptará claramente a las necesidades y circunstancias de cada pareja o grupo, pero está claro que hay uno, por supuesto. El BDSM no es una relación simétrica ni democrática. Una parte manda, la otra quiere que le manden. Dominación y sumisión. Pero esto tiene que estar reglado para que cada parte sepa cuál es su lugar, qué reglas rigen la relación, los encuentros y sesiones.

El protocolo sirve para fijar esas normas, esos papeles o roles. También tienen un elemento tanto fetichista como incitador. Solo el protocolo en torno a la nomenclatura entre parejas como «Amo», «Señor», «Diosa», «Ama», «Señora» y otras variantes más personales fijan totalmente esos papeles. Uno está arriba, el otro, abajo.

¿Qué protocolo debo fijar con mi pareja si empezamos en el BDSM?

Después de casi veinte años en este mundillo os puedo contestar que «el que más os guste/os ponga a los dos (o tres, o más)».

El protocolo sirve para fijar esos papeles y para determinar el estatus. Y después de las nomenclaturas viene el «resto» del protocolo, que tiene que ver con los comportamientos y cómo nos organizamos.

Para empezar, no creo que exista un protocolo único. El protocolo BDSM mismamente se viene fijando conforme evoluciona la relación, se tienen elementos en común y se determinan. Una pareja BDSM puede cambiar su protocolo y no será el mismo con una nueva pareja, puesto que los intereses pueden variar.

Pero igualmente digamos que existen nichos o sitios particulares dentro del propio protocolo, como es el comportamiento protocolizado: El dom determina cómo quiere que el sum se comporte en determinados momentos o circunstancias:

  • En casa
  • En la sesión
  • En público
  • En la cama
protocolo BDSM

Puede ser solo un aspecto determinado como «siempre estarás de rodillas, con las manos a los lados o sobre los muslos» o algo mucho más pormenorizado como determinar la vestimenta (o no), y las actitudes que la parte sumisa debe adoptar y por supuesto castigar sus faltas.

De hecho las faltas de protocolo suele ser uno de los puntos fundamentales de castigo para los bottoms ya que el dom siempre estará pendiente de si cumple con lo que se le ordena.

En los eventos y fiestas existen otros protocolos de los que ya hablamos, y que se basa siempre en el respeto mutuo entre todas las partes (recuerda que ser un dom no te autoriza a tocar, usar, o recabar la atención de un sum que no te pertenece), y la corrección y educación acompaña al protocolo. Respetar lo que cada pareja o dinámica BDSM determinan es fundamental para tener un evento y una relación sana y adecuados.

Por lo dicho, el protocolo siempre se determinará entre la pareja, en el evento o en la sesión.

Otros protocolos se adentran en cosas como el código de vestimenta, los gestos, posición corporal… Incluso la variante del BDSM que se practique, como Gor o Old Guard, tienen su propio protocolo además del que se fije.

Como puede verse esto es todo un mundo, y además no es fijo en absoluto, variando, como quien dice, de mazmorra a mazmorra, de pareja en pareja.