La jaula es un elemento temido por unos e inevitablemente atractivo para otros. Es uno de esos elementos que si lo tienes en tu mazmorra particular, ya le das otra dimensión.

La jaula es un pequeño espacio de castigo y también de uso medianamente habitual que puede tener diversos objetivos y propósitos siendo uno de ellos, sin duda, el que hemos mencionado de castigo. Pero además tiene también una dimensión psicológica importante ya que el sumiso que entra en ella adopta un rol muy distinto y tiene unas sensaciones que no se pueden comparar al mero hecho de estar atado. Es algo que va más allá y profundiza en el sentir del sumiso o sumisa puesto que cada uno siente de forma diferente y es la domina quien tiene que asumir qué supone para cada uno.

Una jaula puede convertirse en un espacio de castigo: es reducida, incómoda, fría, está cerrada y no hay posibilidad de evasión. Se convierte en un lugar de reflexión del sumiso para que piense en su actitud o desde donde la domina puede torturarlo dejándole ver cómo se divierte con otro sumiso que no es él y por lo tanto sufre ese alejamiento de su Ama. Además dentro de la jaula puede estar también engrilletado, llevar las muñequeras o un bondage restrictivo, un CBT o algún tipo de forma de castigo adicional.

Como lugar de desarrollo y confinamiento hace que el sumiso adopte más profundamente su rol, si está, por ejemplo, haciendo un internamiento. Puede ser el lugar al que la domina lo confine y mande estar como un verdadero esclavo cuando ella no lo necesite y el sumiso con esa necesidad/fantasía puede vivir muy intensamente esas sensaciones y su condición de esclavitud. Permanecer ahí es una forma de recalcar su condición. Obligarle (siempre dentro de lo consensuado) a dormir en la jaula le hará sentir aún más profundamente su condición, careciendo de acomodo y dejándole solo lo que la bondad de la Diosa determine como «comodidades».

Los tiempos de estancia en las jaulas siempre los determina el dominante pero ateniéndose a la salud de su sumiso, de sus capacidades, físico, piscología y seguridad. Al una hora de castigo puede sentirse como tres. Dos minutos en la jaula con la provocación añadida de una domina divirtiéndose detrás de la barrera puede hacer que el sumiso perciba que pasan días, sufriendo el hecho de estar humillado como un animal ahí dentro.

La jaula debe estar adecuadamente preparada y la dureza e incomodidad de la misma irá de la mano de la severidad e intensidad de las prácticas.
En cuanto a su disposición hay mazmorras que las tienen integradas y otras que tienen sistemas más imaginativos como ponerlas en una zona exterior o incluso debajo de la cama donde vaya a dormir la domina para dejarlo en una posición aún más humillada.

Además a esto podemos incluir también las jaulas de castigo anatómicas, esas jaulas que tienen forma humana y donde el sumiso no puede hacer más que estar de pie, jaulas en las que están colgados, porque son en suspensión, y a merced de su ama o amo, a la espera de lo que les vayan a hacer, sin poder defenderse y en una postura extremadamente incómoda porque no pueden moverse. Estas jaulas, herencias en aspecto de las medievales, son construcciones metálicas muy recias y de las que se pueden obtener muchas horas de diversión a costa de los sumiso.

 

Puedes ver un video al que pertenece esta imagen de arriba sobre la jaula en Dominación y Fetichismo.