Seguimos con los juegos de BDSM, que hay bastantes, así que vamos al tomate a ver qué nos encontramos por aquí que nos motive o dé ideas para hacer sesiones divertidas.
Con los juegos pasa como con todo, no siempre nos van a gustar los mismos a todos, por lo que encontraremos algunos de nuestro agrado y otros que dejaremos para otros más afines. Vamos a ir viéndolos.
Juegos con cuchillos. Aquí ya hemos hablado de ellos, pero los mencionamos como uno de los juegos extremos más populares.
Juegos de dolor: ¿A que no sabéis de qué van? Bueno, pues eso, va de provocar dolor al sumiso dentro de un marco estrictamente masoquista. En los que no hay masoquista implicado son juegos avanzados que exploran los límites de dolor del sumiso pero siempre con la seguridad de detener el dolor a petición de éste para no ir demasiado lejos.
Juegos de electricidad, donde las descargas están a la orden del día. Hay muchas variaciones, desde con pinzas aplicadas a pezones o testículos, labios vaginales o lengua, hasta los que avanzan más y aplican corriente eléctrica controlada a dilatadores uretrales metálicos tanto en ellos como en ellas; también en plugs o consoladores vaginales/anales con el fin de provocar sensaciones únicas.
Juegos de excreciones o juegos de olor, en los que la diversión está en centrarse en excreciones, secreciones olores corporales… Los olores son algo muy particular y para algunos un verdadero fetiche.
Juegos de hípica, lo conocido como ponyplay, que es toda una variante dentro del BDSM y que tiene muchos fans y adeptos a practicarlo. Requieren de mucho atrezzo y equipo, además de un partenaire experimentado capaz de entrenar a un pony adecuadamente.
Juegos de inserción, uno de los más divertidos pero que también exigen mucho cuidado y progresión. También conocido como gaping, consiste en ir insertando objetos cada vez de mayor tamaño en las cavidades de los sumisos. A este efecto existen los dildos y plugs de cada vez mayor tamaño.

Juegos de pinzas, esos juegos que consisten en disponer pinzas por el cuerpo del sumiso o sumisa para luego retirarlas. Desde las metálicas japonesas a las pinzas de madera unidas por una cuerda, el juego es muy variado en función de dónde se sitúen y la cantidad de tiempo que permanezcan. Además siempre se dice en este juego que lo que duele no es la pinza en sí, sino el momento de retirarla y la sensación de dolor que provoca.
Juegos goreanos. Para muchos más que un juego es una forma de entender las relaciones de poder y de sumisión/dominación, a través del trasfondo creado en la serie de libros de Las Crónicas de la Contratierra de John Norman.
Hasta aquí esta tanda de juegos, si queréis alguno más explicado o seguir compartiendo vuestros favoritos (los he leído todos, que conste), dejadlos en los comentarios.
¡Feliz verano!
Estimada Señora,
De los juegos que describe, el que más me motiva es el ponyplay. Siempre que he tenido alguna sesión, he intentando que haya algo de este juego. Es cierto que, como dice, los más adeptos a este juego, necesitan mucho equipo y requiere de cierta experiencia. Sin embargo, a mí me gusta algo más natural, sin nada de equipo. En realidad, no me atrae toda la parafernalia de la práctica. Lo veo simplemente como algo más en una sesión de fetichismo, adoración y dominación, como otra forma de servir a la Diosa. Por ejemplo, que Ella me diga «estoy descalza y no quiero pisar el suelo con mis pies; ponte a cuatro patas que tengo que ir a la cocina y me vas a llevar…». Sentir las piernas desnudas de la Diosa rozando mi cuerpo me atrae mucho. Así lo practiqué con Usted y me encantó.
Por otra parte, soy muy fetichista del pie femenino y me gusta adorar los pies después de un poco de ejercicio o paseo, no recién lavado. Es decir, con algo de sudor y olor.
A Sus pies.