Alguna vez ya he hablado de este tema, pero de vez en cuando me gusta repasarlo, volver a comentar estos aspectos.
Es fácil cuando hablamos de FemDom recurrir siempre a la imagen de diosa y zorra implacable con la que se nos asocia a las Dominas, una característica intrínseca de la imagen que se ofrece, con la que nos relacionamos con los sumisos y que ellos siempre esperan.
Lo que muchas veces se deja de lado o no es tan común en reparar es en que también somos personas, en que no te levantas todos los días con el pelo recogido, látex o cuero y unos zapatos de tacón de 15 centímetros con plataforma. Somos humanas. Tenemos nuestros acontecimientos, nuestro día a día con el que tenemos que lidiar. Entre sesiones, entre rodajes y viajes o giras. Vamos a la compra, vemos la televisión, visitamos tiendas y nos vamos a tomar una cerveza con amigos. Y no siempre estamos «en la piel» de la Domina.

Hay veces que por la exigencia del día a día estamos casi siempre en el rol, pero tenemos que ser más conscientes de que eso agota, de que tenemos que cuidar mucho la salud tanto física como mental (una está ligada a la otra). No es que sea solo parte del trabajo sino una demanda constante para poder, como toda persona, lidiar con ese día a día, con la cotidianidad.
En mi caso prefiero la meditación, buscar un rato en el que estar a solas conmigo misma, buscar ese equilibrio para no olvidarme de la persona que soy, igual que con el ejercicio físico, que es algo que me ayuda también a desestresarme, además de los beneficios que tiene de por sí.
No debemos olvidarlo, que somos personas, que necesitamos actuar como tales y salir a la calle, hacer nuestros recados y tener tiempo para nosotras. La salud mental debe ser importante para ayudarnos a estar luego más centradas y fuertes sobre nuestros tacones, para estar en la mejor forma mental y física para cuando estéis a nuestros pies.
Desconectar. Ese es un punto importante también. Las Redes Sociales nos exigen mucho, no nos permiten despistarnos. Pero escoger un egoísta fin de semana en el que dejarlo todo y dedicarte a ti te puede salvar muchas veces esa salud mental tan necesaria para poder seguir rindiendo en el día a día. Alejarte además del teléfono móvil, dejarlo de lado y centrarte en disfrutar momentos, en soledad o acompañada, pero olvidarnos un rato, un tiempo, de las demás responsabilidades, del peso que implica la «piel de Dómina».
Y así, poquito a poquito, seguir llegando a conquistar mejores y más felices momentos sin dejar de disfrutar nuestra profesión.