No todo el BDSM se trata de actividades físicas y visibles. El BDSM psicológico y la dominación mental son técnicas que se utilizan para controlar y manipular a un sumiso a través de la mente, en lugar del cuerpo. En este post, exploraremos estas prácticas y cómo se pueden usar en una sesión BDSM.

El BDSM psicológico y la dominación mental son técnicas que se basan en la idea de que el sumiso debe ceder su voluntad y su mente al dominante. Esto se logra a través de la exploración de las emociones, la psicología y los pensamientos del sumiso. El dominante busca controlar la mente del sumiso y hacer que se sienta vulnerable y emocionalmente expuesto. Este tipo de práctica puede ser muy intensa y puede dejar al sumiso con una sensación de vulnerabilidad, pero también puede ser extremadamente satisfactoria para ambos participantes.
En el BDSM psicológico, el dominante utiliza técnicas para manipular y controlar la mente del sumiso. Esto puede incluir la hipnosis, la sugestión y el control de la respiración y otras más perversas como el mindfuck de las que ya hablaremos en otro post. Estas técnicas pueden ser muy efectivas para hacer que el sumiso se sienta más conectado y sumiso ante el dominante. También puede crear una sensación de confianza y seguridad en el sumiso, ya que está cediendo el control a alguien en quien confía.
En la dominación mental se busca controlar los pensamientos y las emociones del sumiso. Esto se logra a través del uso de la humillación, el control emocional y la manipulación. El dominante puede utilizar técnicas como el gaslighting (hacer que el sumiso cuestione su propia percepción de la realidad) y el control de la información (mantener al sumiso en la oscuridad sobre ciertos temas o situaciones) para lograr el control emocional y mental del sumiso. A través de estas técnicas, el dominante puede hacer que el sumiso se sienta vulnerable, expuesto y sumiso.
El BDSM psicológico y la dominación mental pueden ser utilizados en conjunto con otras prácticas BDSM, como el bondage y la dominación física. Por ejemplo, el dominante puede utilizar el BDSM psicológico para preparar al sumiso para una sesión de bondage, creando una sensación de confianza y seguridad en el sumiso antes de que se le restrinja físicamente. También puede utilizar la dominación mental para hacer que el sumiso se sienta más sumiso y dispuesto a ser dominado físicamente.
Es importante tener en cuenta que como todo en el BDSM se debe practicar con precaución y solo con la debida atención a la seguridad y el bienestar de todos los participantes. Es necesario establecer límites claros y comunicarse de manera abierta y honesta para asegurarse de que todas las partes estén cómodas y seguras.
Así, tenemos que el BDSM psicológico y la dominación mental son técnicas efectivas para controlar y manipular la mente del sumiso. A través de la exploración de las emociones, la psicología y los pensamientos del sumiso, el dominante puede lograr una sensación de sumisión y vulnerabilidad en el sumiso para que quede total y absolutamente rendido y sometido en todos sus aspectos a su Diosa. Estas técnicas pueden ser utilizadas en conjunto con otras prácticas BDSM para crear una experiencia más intensa y satisfactoria para ambas partes.