Hacía tiempo que quería tratar este tema que solo he tocado fragmentariamente o hablando de algunos puntos sobre la llamada «defensa» del BDSM.

Esta defensa no es más que poner algunos puntos en claro y arrojar luz sobre los más oscuros, para hablar sin tapujos de ello. Porque nunca está de más seguir hablando y exponiendo nuestro mundo para normalizarlo, para expresar que no es más que otra forma de entender la sexualidad.

Por eso voy a hablar y compilar temas de los que ya he hablado quizás en algún otro post con más profundidad pero aquí los dejo todos.

¿Cómo lo podemos definir?

El BDSM es una forma de exploración sexual y emocional que involucra el intercambio de poder y roles entre los participantes de manera consensuada. Sin embargo, existen muchos prejuicios y malentendidos sobre esta práctica por parte de aquellos que no están inmersos en ella. En este post, abordaremos los prejuicios más habituales y ofreceremos consejos sobre cómo hablar y exponer el BDSM como una práctica consensuada y alternativa.

  1. Prejuicio: El BDSM es abuso o violencia real:

Uno de los prejuicios más comunes es la confusión entre el BDSM y el abuso real. Es importante destacar que en el BDSM, todas las prácticas se basan en el consentimiento y el respeto mutuo. El juego de roles y la creación de escenarios son acordados de antemano y establecen límites claros. La violencia y el abuso no son tolerados ni aceptados en el BDSM.

Cómo lo veo: Al enfrentar este prejuicio, es fundamental educar y explicar que el BDSM se basa en el consentimiento y el cuidado mutuo. Resaltar que todas las partes involucradas somos adultos que consentimos plenamente y que el juego se detiene si alguna de las partes se siente incómoda o insegura. Profesionalmente redundamos en ello: quien viene a postrarse a mis pies, quien sea, lo hace porque quiera, porque lo necesita y se expresa de esa manera.

  1. Prejuicio: Las personas que practican BDSM tienen problemas psicológicos:

Otro prejuicio común es la creencia de que las personas que practican BDSM tienen problemas psicológicos o traumas en su pasado. Esta idea errónea asocia erróneamente la práctica del BDSM con desviaciones o trastornos mentales .

Mi respuesta: Es importante desmitificar esta idea y explicar que la participación en el BDSM no tiene relación directa con problemas psicológicos o traumas pasados. (Que no quiere decir que no pase, como en TODO). Muchas personas que practican BDSM son psicológicamente saludables y encuentran en esta práctica una forma consensuada y segura de explorar su sexualidad y expresión emocional.

  1. Prejuicio: El BDSM es anti-feminista:

Algunas personas asumen que el BDSM es inherentemente anti-feminista porque implica roles de dominación y sumisión. Sin embargo, es importante entender que el BDSM se basa en el consentimiento y el respeto mutuo, y que las personas involucradas tienen la capacidad de elegir libremente sus roles y límites.

Mis razones: Para abordar este prejuicio, es importante resaltar que en el BDSM, las personas pueden explorar y disfrutar de roles de dominación y sumisión de manera consensuada, empoderada e intercambiable en los roles de switch. El feminismo se trata de la autonomía y el derecho a elegir, y muchas personas encuentran que el BDSM les permite expresarse y empoderarse dentro de un contexto seguro y consensuado.

  1. Prejuicio: El BDSM es una expresión de violencia y misoginia:

Este prejuicio se basa en la idea errónea de que el BDSM refuerza la violencia y la opresión de las mujeres (teniendo mucho que ver con el anterior sobre el feminismo). Sin embargo, es importante tener en cuenta que el BDSM se basa en el consentimiento, lo que implica que todas las prácticas son acordadas y disfrutadas por todas las partes involucradas. Además, en el BDSM, las personas tienen la capacidad de establecer límites y negociar sus roles y actividades de manera libre y empoderada.

Mi opinión: Al acercarse a este prejuicio, es fundamental fomentar un enfoque libre de prejuicios y explicar que el BDSM es una forma consensuada de explorar la sexualidad y la intimidad. Quiero destacar además que las personas que practicamos BDSM lo hacemos de forma libre y consciente, encontrando placer y satisfacción en el intercambio de poder y en la exploración de los deseos mutuos, lo que nos mueve, lo que nos llama. Que además no hay dos personas que lo sientan igual. Es importante resaltar que tanto hombres como mujeres pueden asumir los roles dominantes o sumisos en el BDSM, y que estas elecciones se basan en la autonomía y el consentimiento de cada individuo, igual que el FemDom es el ambiente en el que yo participo.

  1. Prejuicio: El BDSM es una práctica peligrosa y arriesgada:

Otro prejuicio común es la creencia de que el BDSM es peligroso y puede llevar a lesiones físicas o daños irreparables. Si bien es cierto que algunas prácticas BDSM pueden implicar ciertos riesgos, es fundamental destacar que la seguridad es una prioridad en el BDSM consensuado. No hay lugar para la improvisación sin práctica, sin preocuparse en todo momento por el bienestar del sumiso además del aftercare donde nos aseguraremos de su bienestar físico y psicológico post sesión.

Veo es necesario enfatizar la importancia de la comunicación, el conocimiento y la formación en técnicas y prácticas de seguridad dentro del BDSM. Porque nadie nace sabiendo es crucial aprender y comprender cómo llevar a cabo las prácticas de manera segura, utilizar herramientas y juguetes adecuados, higienizado, establecer límites y utilizar palabras de seguridad. Al hacerlo, se minimizan los riesgos y se garantiza una experiencia segura y placentera.

  1. Prejuicio: Las personas que practican BDSM tienen problemas de intimidad o relación:

Algunas personas asocian erróneamente el BDSM con la incapacidad de tener relaciones íntimas y emocionales saludables. Este prejuicio sugiere que las personas que disfrutan del BDSM no pueden establecer conexiones emocionales o que sus relaciones son puramente físicas y sin compromiso.

Para mí es importante enfatizar que el BDSM se basa en la confianza, la comunicación y el consentimiento, además del respeto. Las personas que practican BDSM pueden tener relaciones íntimas y emocionales profundas y significativas. De hecho, el BDSM puede fortalecer la comunicación, la confianza y la complicidad entre las parejas, ya que implica una mayor apertura y honestidad sobre los deseos y límites de cada uno.

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Conclusión:

Acercarse al BDSM de forma libre de prejuicios implica educarse y comprender la naturaleza consensuada y alternativa de esta práctica. Al desafiar y desmontar los prejuicios comunes, podemos promover una mayor comprensión y aceptación del BDSM como una forma válida de exploración sexual y emocional. Alentemos la comunicación abierta, el respeto mutuo y la valoración del consentimiento en todas

Publicado por Domina Ghalia

Domina Ghalia es una dominante profesional que, a cambio del tributo adecuado, puede hacer realidad tus fantasías de sumisión. Normas de la Mazmorra: No Sexo Convencional. No Desnudos.