Algunos disfrutan cediendo poder, cediendo el control de sus impulsos, su deseo y su cuerpo; y, a veces hasta de su mente.

Uno de los estímulos más poderosos que tenemos es el orgasmo y el control sobre él es una práctica común en el BDSM puesto que ayuda mucho en el proceso de sometimiento y entrega.

Edging en el contexto del BDSM

El edging, también conocido como «control del orgasmo», es una práctica sexual en la que una persona es estimulada sexualmente hasta el borde del orgasmo, física o mentalmente, y luego la estimulación se detiene, retrasando así el orgasmo. Hacer esto puede producir intensas sensaciones en el sumiso, de frustración, puesto que el orgasmo siempre es una meta, pero su denegación puede despertar también sentimientos de entrega al cumplir una orden. A la par debe luchar contra la sensación potente del cuerpo que ya había preparado todos los estímulos.

Consentimiento y comunicación

Antes de explorar cualquier práctica BDSM, es crucial que todas las partes involucradas establezcan límites claros, discutan las expectativas y acuerden una palabra de seguridad o señal para detener la actividad si es necesario, lo habitual y deseable en una relación D/s. Porque a veces el orgasmo conlleva una cascada hormonal que no puede detenerse por más que se quiera o si no se han medido bien los tiempos. Mal gestionado puede llevar a sentimientos de culpabilidad, frustración o resentimiento y es preferible detener la práctica o dejar que culmine si es demasiado intenso antes que pararlo en seco. El consentimiento informado es esencial en cualquier interacción BDSM, y el edging no es una excepción, el SSC y el RACSA están igual de vigentes.

protocolo BDSM

Sensualidad y anticipación

El edging puede ser increíblemente sensual y erótico, ya que implica una prolongada excitación sexual y una intensa anticipación del orgasmo. Para el sumiso, el control del orgasmo por parte del dominante puede generar una sensación de entrega y sumisión, así como una profunda confianza en su pareja dominante. La sensación de estar al borde del orgasmo durante un período prolongado puede aumentar la intensidad del placer y crear una experiencia sumamente erótica que debe controlarse con mucho cuidado.

Impacto emocional y psicológico

El control del orgasmo a través del edging puede tener un impacto emocional y psicológico significativo en los participantes. Para el sumiso, puede generar sentimientos de vulnerabilidad, sumisión y entrega, mientras que para el dominante, puede reforzar su sensación de control y poder. Esta dinámica puede fortalecer la conexión emocional entre las partes y profundizar la intimidad en su relación. Pero un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Seguridad y bienestar

Es importante recordar que, al igual que con cualquier práctica BDSM, el bienestar físico y emocional de todos los involucrados debe ser prioritario. El edging prolongado o excesivo puede tener efectos negativos en el cuerpo y la mente, por lo que es crucial practicarlo con sensatez y responsabilidad. La comunicación abierta, el monitoreo constante y el respeto mutuo son fundamentales para garantizar una experiencia segura y placentera para todos los participantes.

Básicamente, el edging como práctica dentro del BDSM puede ser una experiencia sensual, intensamente erótica y emocionalmente impactante, pero también debe ser usada con mucho cuidado para no provocar sensaciones contrarias ya que se trata de un equilibrio preciso entre necesidad y voluntad. Ciertamente fortalece la relación Dom/sum, y bien llevada, además, una sesión dedicada al edging puede prolongarse bastante.

Lo bueno de este tipo de práctica es que vale, igualmente para sesiones online como presenciales, pudiendo ser controlado el sumiso a distancia mediante ejercicios y condicionamiento.

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