La Mazmorra…
Ese espacio físico donde se trascienden las barreras de la carne y muchas veces se llega a cotas para otros impensables e imposibles.
Es un lugar de refugio, sí, pero refugio de tu vida normal, el exterior, el mundo soso y avainillado que te encorseta entre sus etiquetas, que te niega la libre expresión de tu naturaleza. La mazmorra respeta eso. Te deja ser quien eres, te deja buscar tu lugar, tu sitio, tu punto de inflexión y felicidad haciendo lo que realmente anhelas.
A los pies de tu Ama, Domina, Diosa, es donde realmente un sumiso puede expresarse y llegar a conocerse mejor a sí mismo. Y eso, queridos, eso no tiene precio. Bueno, puede que sí, el precio del tributo. Pero qué más da un pequeño tributo para vuestra Diosa, si después podréis sentir de nuevo cómo vuestra piel vuelve a perteneceros, cómo os recorre la sensación del dolor y el placer. Cómo los castigos os transforman, como la transformación os deja acceder a partes de vosotros mismos que están vedadas normalmente a los ojos de una sociedad hipócrita que no os quiere como sois, sino como ella quiere teneros.

La Diosa preside sea mazmorra, vela por vosotros, se preocupa, os quiere a sus pies, porque vosotros dotáis de sentido todo el lugar con vuestra dedicación, vuestra veneración, inclinados ante ella, y sintiéndoos libres.
Venid a la mazmorra, sentid su canción, la del lugar donde vuestros gritos de placer y dolor se confundirán y tendrán el sentido que necesitan.
Domina Ghalia os espera.
El cielo en la tierra. A Sus pies Domina ghalia…