En muchas ocasiones preguntan los sumisos “¿Me vas a hacer daño?”. Podría responder simplemente “Todo el que tú admitas”, pero tampoco funciona así.
Realmente una Domina puede provocar dolor, tanto físico como a nivel de humillación, pero la profesional responsable sólo lo hará hasta el punto en el que sepa que ese sumiso o esclavo lo admite. Por eso siempre se observa con escepticismo aquellos que afirman “que no tienen límites”. Por favor… todos los tenemos. Aunque sólo sea para transgredirlos poco a poco en función de cómo avanza la sesión o las sesiones.
Los sumisos que se quieren iniciar llegan muchas veces con el miedo de “¿y si la sesión, ella o yo, no estamos a la altura? ¿Habré malgastado mi tiempo y mi dinero?”… Curiosamente los avanzados suelen pensar lo mismo al probar con una nueva dominante. De ahí que sea tan importante el conocerse, la charla previa, el ser sincero y si, algo, realmente, no gusta, decirlo a las claras, que no pasa nada.
Una verdadera profesional no es aquella que hace las sesiones más duras, o la que azota sin piedad o hace más número de prácticas. No. Una verdadera profesional es aquella que es capaz de comprender a la parte sumisa y la lleva por los caminos que está preparado para afrontar. Que comprende su necesidad, su psicología, qué le hace estar allí, de rodillas, a sus pies, ofreciendo libremente su voluntad, y qué espera obtener de la experiencia.

Por eso, tanto avanzados como principiantes son siempre una gran responsabilidad. Unos, por poder avanzar más en su entrenamiento, sus conocimientos o en la propia comprensión de su sumisión, que es lo que les falta a muchos: continuidad. Los otros, los principiantes, porque quieren descubrir, y no todos están preparados para entregarse directamente y sin excusas, sino que necesitan un avance progresivo.
Entrar por primera vez a la mazmorra de una nueva Domina es un gran paso de valentía, aceptación de uno mismo y confianza en esa profesional que, lejos de juzgarte o verte como una simple fuente de ingresos, sólo busca comprender, satisfacer, llegar más allá y realizar aquellos que ambos os gusta: recuperar el Equilibrio. Ella, arriba. Tú, a sus pies. El orden natural de las cosas.
Ante todo agradecer a Domina Ghalia su paciencia y comprensión hace este sumiso que de momento solo puede aspirar a sesiones de dominación a distancia. Gracias por iluminar mi camino.
A sus pies.
Hola Ama. Soy un sumiso cuyo principal límite es el dolor, apenas soporto nada. Sin embargo, me gusta sentirme insultado, humillado y usado sexualmente (no para obtener mi placer físico, sino el de quien me use).
Me han hablado de «Secreta bodega» en Pamplona, pero no sé dónde está, y a demás supongo que para poder acceder necesitaría ser invitado por alguien.
Si hay alguna posibilidad, le ruego me la haga saber.
A sus pies, fernando.