El BDSM en público.
Por Steward Metatron, Mayordomo de Domina Ghalia.
Hace unos días salía a la palestra mediática el rodaje de películas catalogadas de pornográficas de BDSM en público por las calles de Madrid, con esa turbia temática sadomasoquista a ojos de la opinión pública. En las imágenes grabadas tanto como fotografiadas se ve a una pareja de mujeres, una de las cuales lleva puesta una mordaza de bola y los generosos pechos ceñidos por un bondage karada. La noticia tenía a bien no juzgar en sí la perspectiva del BDSM en público (conocido como outdoor), sino la legalidad o no de que se realizara, dado que podría enjuiciarse (y así lo declaraba una de las políticas del ayuntamiento de Madrid que lo calificaba como un acto ilícito de exhibicionismo, según la ley española).
¿Es necesario este tipo de comportamiento/conducta? Nosotros no vamos a juzgar eso. Antes que BDSM en público, en sí, este acto realizado por dos actrices extranjeras, es un acto impulsado por el afán de ganar dinero, más que por apología o defensa del BDSM o nada relacionado: forma parte de la todopoderosa industria del porno, de la gran empresa de Kink.com. Si bien esta empresa siempre ha mostrado iniciativas hacia la defensa de todo lo Kink, no siempre ha sabido adaptarse a los distintos ámbitos o países donde ha transitado.
Al margen de la noticia, lo que yace tras ella es parte de la crítica lanzada por el consistorio que afirma que es una apología de los malos tratos (y podrían actuar de oficio si se les tercia), lo que evidencia no sólo la enfermedad terminal de la corrección política, sino un absoluto y total desconocimiento de lo que es y defiende el BDSM en público como en privado. Y por «en público», entendemos en áreas concretas, con ciertas condiciones de seguridad y de respetos hacia otros y entre nosotros, tales como el campo abierto o locales dedicados a ello.
El desconocimiento fatal de que el BDSM es una relación de poder consensuada entre dos partes, con roles definidos y unos objetivos de realización, autoconocimiento, regulación del impulso sexual y exploración de los horizontes propios. El BDSM enseña respeto, la capacidad de sobreponerse a traumas y fortalecer la propia personalidad, pero claro,e so no lo pueden apreciar quienes no están dentro o lo ven como una práctica aberrante y obscena para con sus creencias personales. Y en eso no nos vamos a meter, pero lo único que se pide, desde la comunidad bedesemera es RESPETO.

Desde nuestra perspectiva el BDSM siempre ha tenido la connotación de la privacidad, del underground y el secreto excitante de puertas para adentro. Pero quien quiera expresarlo hacia el exterior, tiene su derecho, hasta donde empiezan las libertades de los demás. Bueno, este es el horizonte eterno del debate socrático que es mejor realizar con un café y no en las frías líneas de un blog.
A nosotros nos gusta este componente de intimidad (y hablo por el Dominio de Domina Ghalia), ya que la autorrealización no tiene por qué ser a la luz pública, y, cuando se pisa la calle, es más divertido ese componente de secreto a la vista de todos, como pasear o ir de compras con un sumiso, o acudir a una zona alejada para hacer una sesión outdoor.
Como conclusión: debemos asumir que nunca se acabará de aceptar la normalidad de la existencia del BDSM en público o privado, dado que la moral imperante, la mojigatería y las creencias en otras formas del «deber comportarse» traerán a colación siempre lo oscuro y malvado del BDSM, el prejuicio. El «eso es explotación y maltrato». Pero en el fondo es como si un cro-magnon tratara de racionalizar la física: ni quiere, ni puede. Porque su mente no está abierta a ello. Y es como predicar en el desierto: inútil.
Por lo tanto, vivid el día a día, probad, practicad; no olvidéis el respeto, el SSC (sano, sensato y consensuado, que es la base del BDSM), y si os sumergís más en este mundo, o queréis y no sabéis cómo, los profesionales están para algo. Hay mucha documentación, hay muchas imágenes y vídeos: pero sed, ante todo, sensatos. Si queréis postraros a los pies de una diosa, hacedlo; si queréis recibir un castigo, pedidlo; si queréis experimentar la sumisión total, siempre hay una puerta abierta. No somos perfectos, pero es importante saber lo que se quiere y lo que se necesita, y tener el valor para hacerlo.
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Enlaces a la noticia:
http://cadenaser.com/emisora/2016/11/16/radio_madrid/1479281060_666093.html
http://www.elmundo.es/madrid/2016/11/16/582b86c8468aeb8f328b45da.html
http://www.antena3.com/noticias/sociedad/polemica-en-pleno-centro-de-madrid-por_20161116582c7d4f0cf24c3ff6946175.html