Las fantasías cuckold o de infidelidad son una de esas fantasías que en el ámbito de una mazmorra aparecen reforzadas. Reforzadas por el ambiente, por la decoración, por lo que implica.
Varias de las que vamos realizando en Estudio Ghalia tienen como componente esencial la humillación, que es una constante en este tipo de fantasías: la del hombre que es incapaz de satisfacer a una mujer, esposa, novia, amante… Las fantasías son muchas y todas se pueden realizar «a medida» para poder recrearla tal como se imagina.
En el ambiente del BDSM profesional se incorporan prácticas tales como el castigo físico al «cornudo», donde la dominante y la tercera parte, en muchos casos otra dominante o una sumisa en el papel de «novia o esposa» participan. El «cornudo» se siente aquí totalmente humillado, recreándose todo tipo de prácticas con la sumisa (no así con la dominante, con la que NUNCA hay sexo, pero pudiéndose concertar con la sumisa).
Hay fantasías en las que el «cornudo», que siempre es sumiso, tiene que ver cómo la sumisa sirve a la Diosa, cómo entre las dos hablan de él como si él no exisitera, cómo la sumisa realiza prácticas estando él totalmente indefenso, atado, a veces con un CBT que constriñe sus genitales, y que le provoca ese humillante dolor.
Son azotados y castigados, en ocasiones, también sodomizados para que se den cuenta de lo poca cosa que son, de lo que hace su «novia» o la dominante con ellos sin que se puedan defender.
Una d elas prácticas más divertidas en la mazmorra es cuando la domina relata una de las fantasías básicas del sumiso en voz alta y la sumisa y «novia» del «cornudo» ve cómo ésta las recrea como si estuviera sucediendo ante sus ojos, poniendo movimiento a esa fantasía y anhelo en una historia narrada donde la «novia» hace todo tipo de tropelías y recibe órdenes de la domina que él no puede parar, que él se ve incapaz de parar, atado tanto por cadenas o cuerdas como por su propia humillación, su sentimiento de inferioridad que a la vez que muerde su alma de cornudo también le excita tremendamente en una recreación de voyeurismo e infidelidad.
No deja de ser un juego de rol al que se incorporan muchos más elementos, desde la presencia y contacto físico con la sumisa que actúa como «novia» a la presencia de una o dos dominantes que pueden adoptar otros papeles distintos y con las que no hay contacto físico sexual alguno. Puede que una de las dominantes finja ser esposa o novia y él tenga que asistir de rodillas, desnudo, con un cinturón de castidad a todo lo que ella cuente en esa fantasía narrada, hablando despectivamente y humillándolo verbalmente hasta físicamente, castigándolo con los diversos aperos presentes en la mazmorra sin que pueda defenderse.
Es una fantasía intensa, más común de lo que se piensa (pero ya se sabe, en la esa «sociedad civilizada» que hay ahí fuera no se puede hablar de esos temas ni tener predilecciones o tendencias que se alejen de la mayoría) y que hay que tener madera para decidirse a realizarla; pero que siempre que se hace, de cierta forma, causa una sensación de realización en quien la lleva a cabo.
Y tú, ¿te atreves?
Puedes hacerlo pidiendo información en este formulario. No te olvides de indicar si quieres una sumisa o dominante más en la sesión, para hacerlo totalmente inolvidable. 😉
Lo que cuenta es una de las ideas que tienen , mejor dicho tenemos la mayoria de los sumisos , yo tengo tambien otra que encerrado en esa jaula o mazmorra con los ojos tapados me obligue a lamer y chupar a otro hombre , escuchando solo Sus ordenes , es algo tremendamente humillante y excitante