By Steward Metatron.
Mucho se habla de cómo el BDSM se ha estado «filtrando» en el mundo menos kink a través de algunos libros y películas, pero una vez que se ha entendido el funcionamiento del mismo, lo que realmente supone, podemos hablar de que es un elemento que en relaciones «convencionales» )por no llamarlas «vainilla» dado que para muchos puede llegar a tener incluso una connotación negativa), puede aportar mucho a la dinámica de la pareja.
¿Cómo? Bueno hay varios elementos que pueden aportar mucho a una pareja de forma bien contemplada y siempre, como en el propio BDSM, de forma Sana, segura y consensuada.
Para empezar decir que aunque desde aquí defendemos el BDSM como un modo de vida y una forma de entender las relaciones entre los que están en este ambiente, también somos conscientes de que quizás no a todo el mundo le pueda «encajar» en sus vidas. Sin embargo sí puede entenderse en esos casos como (en su versión más light) un juego de cama algo distinto a lo habitual, algo que va más allá de ponerse lencería pero que si no se va a practicar de forma profunda puede dar lugar a nuevos horizontes para la pareja.
¿Qué puede aportar el BDSM a una relación convencional?
Nuevas prácticas de cama
Las cuatro esquinas de la cama pueden dar para mucho si metemos elementos nuevos, si creamos una dinámica que solo se circunscriba a ella. Juegos de dominación erótica, provocación, probar sensaciones nuevas sin salir de ese ámbito (quien dice la cama dice el sofá, u otro sitio donde apetezca). Pero sin someterse a la seriedad o a lo que muchos creen que es inviolable del BDSM convirtiéndole en sacrosanto: puede ser simplemente un juego de cama donde pasarlo bien de una forma distinta, mandando o dejándose mandar, sin las etiquetas y protocolos, solo el morbo de probar algo nuevo donde una manda y otro obedece y viceversa.
Intercambio de poder
Para muchas relaciones convencionales hay «papeles» establecidos donde unos mandan y otros se dejan mandar. El BDSM puede ser subersivo para eso. Ya, muchos pensaréis que no siempre es así pero aún hay muchas parejas donde insinuar un «cambio de rol» de activo a pasivo se puede ver como algo raro o casi inaceptable. Sin embargo usando el BDSM como excusa puede hacerse porque «en el BDSM es así». Y eso puede cambiar o refrescar la vida de cama de muchas parejas.
Confianza
Además supone una nueva forma de entender la confianza entre la pareja dado que siempre queda establecido que no se van a transgredir los límites de la otra persona (que es una de las normas más conocidas del BDSM). Y la persona que «se deja mandar» confía totalmente en la que domina para hacer juegos nuevos o probar otras cosas confiando en que será respetada y se tendrá en cuenta sus limitaciones, lo que le gusta y lo que no… Cuando se le venda los ojos, cuando se le esposa, se establece que hay suficiente confianza, que se van a probar cosas nuevas y excitantes respetando a la otra persona por su entrega.
Morbo
Siempre está bien salpimentar las relaciones con cosas que le den vidilla y el BDSM puede dar mucho juego aunque sea precisamente eso, un juego entre adultos. Y el secreto, el morbo, el decir «esta noche mando yo, nos vamos a cenar pero no vas a llevar ropa interior» o juguetes, ataduras bajo la ropa… esas cosas que dan fuego al compartir un secreto morboso entre la pareja delante de toda la sociedad que normalmente lo censura. Ese «jugo», ese aditivo de morbo y acuerdo bajo la mesa supone también un factor para las parejas que les permite descubrir una nueva complicidad.
Confesiones y deseos
Como último punto mencionaremos también que acordar usar el BDSM en momento determinados de una relación convencional también es algo que ayuda a la pareja dado que en ese acuerdo de BDSM pueden expresarse deseos y confesiones de cosas que gustaría practicar sin el filtro de la «sociedad normalizada», encontrando así una forma de dar salida a esas fantasías sin que sean malentendidas ni juzgadas.
El BDSM en definitiva, aunque sea en su preconcepción y versión más light puede convertirse en un aliciente en algunas relaciones convencionales, ayudar y mejorar la dinámica de pareja y la vida sexual con prácticas nuevas, distintas, excitantes y que no tienen por qué implicar sumergirse totalmente en el mundo del cuero y las cadenas. Solo ir hasta la parte del sender que interese. Lo demás, ya vendrá.