by Steward Metatron
El cilicio es uno de esos instrumentos de BDSM no muy populares entre todos como puede serlo la fusta, el flogger o la vara.
Es un gusto más adquirido, es algo que trasciende el simple castigo puntual para convertirse en parte de un hábito. Hablamos de un instrumento que arrastra consigo también una carga histórica importante, además de su connotación en la mortificación de origen religioso. Y quizás ahí está la gracia. El BDSM bebe de muchas fuentes y su coqueteo continuo con los artefactos y reminiscencias de lo religioso es más que notorio, igual que con el ámbito educacional en su apartado de la disciplina inglesa.
Física
El cilicio es un instrumento consistente en una banda de anillas entrelazadas con pequeñas puntas en uno de los lados que se coloca normalmente en el muslo o el brazo, se ajusta y esos pequeños aguijones se clavan en la piel sin llegar a atravesarla. Al ser un instrumento de mortificación se suele imponer a la parte sumisa por un periodo de tiempo, siempre en función de la actividad que vaya a hacer, el castigo y el aguante-límite.
Deja unas marcas muy peculiares y a veces forma una pequeña constelación de puntos en la piel.
Se hace presente durante todo el tiempo de uso, es una de esas cosas que, como los CBT, los plugs anales de uso discreto o las cuerdas bajo la ropa, no dejan que la parte sumisa se olvide que lo lleva puesto poniendo a prueba su disciplina, su capacidad de aguante para que no se le note y seguir portando el aparato con discreción.
Uso
Eso depende de la maldad y ganas de poner a prueba a la parte sumisa: puede llevarlo solo en casa por determinados periodos cuando se encuentre en castigo mientras que otras personas con tendencias más masoquistas lo usan a discreción en determinados momentos para sentir el mordisco entre malvado y seductor del metal.
Cuando se va a llevar fuera de la zona de control, ya sea la vivienda o la mazmorra siempre hay que ir con cuidado, proveerse de un kit rápido por si hay algún incidente con alcohol y apósitos y simplemente disfrutar de esa maldad hecha metal.
La imposición del cilicio puede ser una prueba para muchos sumisos menos acostumbrados a la sensación permanente de dolor sordo y continuo, convirtiéndose por ejemplo en uno de los castigos o pruebas en las situaciones de distancia entre dominante/sumiso.
Se puede decir que la mortificación, en este caso, se hace para esa parte dominante, convirtiéndose en un placer para cumplir las expectativas que tiene en el sumiso, realizando así ese paralelismo oscuro, torcido y seductoramente herético que aporta siempre el BDSM como el reflejo crudo que es de la sociedad que mantiene soterrado todos esos gustos criticables.
Así el cilicio se convierte en otra dulce y dolorosa verdad sobre la carne sumisa cuando nadie mira, siendo un instrumento temido, deseado y en ocasiones, secreto.
Domina Ghalia, ¿Existe un cilicio o algún instrumento similar que se utilice en la parte genital masculina?
Gracias!
Existen algunos anillos o «bellotas» para el pene o la raíz del pene + testículos que tienen púas por dentro, algunas fijas y otras regulables, si es por eso por lo que preguntas.