Uno de los aspectos sobre los que también me han eswtado preguntado y es un servicio que me encanta aplicar es el de la feminización forzada.
Esta práctica es aquella por la que cojo al sumiso que se planta hasta mis pies y llevo la humillación un paso más allá, arrebatándole toda su hombría, su consideración masculina, y le hago ver que dentro de él, para servirme a mí, tiene que hacer emerger a la zorra que sé que lleva. La humillación pasa a un primer plano pero a la vez le permite ver todo lo que es capaz de hacer como sumiso. Lo visto como sé que le va a gustar, como la zorra que es. Medias, tangas o bragas, lencería… Hay mil cosas por probar.
Enseñarle a maquillarse, enseñarle a comportarse como la zorra sumisa que es. A veces es una sesión, otras, una obsesión. Puedo dedicar varias sesiones a humillar a ese sumiso haciéndole adoptar la personalidad femenina que yo quiera. Pero no se limita a eso: también le instruyo en comportamiento y si veo que tiene madera, puedo incluir más juegos (siempre consentidos y teniendo en cuenta los límites) como meter más sumisos en sesión y hacerle actuar.
La feminización tiene muchos niveles, desde los iniciales en los que lo empiezo a despojar de su identidad masculina hasta los más avanzados donde hemos creado una nueva como zorra sumisa. Todo varía de un sumiso a otro pero podemos encontrar muchos puntos intermedios.
Este es un trailer donde podéis ver una parte de una sesión de feminización humillante y exigente a mis pies, donde exploro lo que el sumiso puede hacer y que realiza bajo mi supervisión.