Hace unas semanas hablamos de la feminización en el BDSM, esa práctica por la que una domina viste de mujer a un sumiso con el afán de humillarlo (porque sabe, como toda dómina, que eso provoca dicha reacción en el sumiso: no tendría sentido hacerlo si no es así). Algunos sumisos lo asumen y dentro de esa humillación lo empiezan a disfrutar también un poco, a esforzarse para complacer a su Ama.

Pero como con todo, aun una versión aún más extrema que ahonda en algunas necesidades de la persona sumisa, y no siempre como castigo, a veces es hasta una vocación, siempre matizada en este caso por el mundo del BDSM.

Hablamos de las sissys. Las sissys y la sissificación (sissification en inglés) es una forma más profunda y extrema de feminización que supone, y siempre en el ámbito del BDSM, una dominación y transformación del sumiso hacia una vertiente femenina muy interiorizada. Es transformar al sumiso en sumisa. Además, Domina Ghalia no se queda en «vestir a alguien de sumisa», no: comprende todo un grado de actividades, desde actitud a la forma de caminar o incluso bailar. Puede ser un sissy que acuda a la mazmorra para completar su educación además de buscar la guía de la Diosa y la humillación que conlleva, con castigos incluidos, o que se empiece desde cero porque Domina Ghalia vea que hay una veta de material aceptable que se puede usar, una necesidad latente en el sumiso.

La sissificación es un camino de humillación y autodescubrimiento, lo que se llama una sublimación de lo masculino para aletargarlo durante el tiempo en que la sissy está activa.

No es rápido, es un camino de trabajo, autoconvencimiento, disciplina y constancia pero los resultados pueden ser excepcionales. Domina Ghalia disfruta de contemplar a sus perritas o zorras bien entrenadas sirviendo como criadas, personal de fiestas y eventos, y también de los entrenamientos.

En los ámbitos más personales las dóminas pueden poner «deberes» a la sissy como llevar sus ropas o ropa interior debajo de su ropa diaria, llevar siempre bragas o algún detalle extremadamente femenino, que hace que tenga siempre el recordatorio de lo que es debajo de su «piel de diario», y que forma parte del entrenamiento en interiorización de la sissy, además de los otros deberes diarios que les puedan mandar.

Esto no es sino un esbozo, un pequeño resumen del fascinante mundo que es el de las sissys y toda la transformación que conlleva.