Las redes sociales son un lugar multitemático, eso está más que claro. Pero también es un espacio que, acorde a sus términos de servicio (los famosos TOS a los que le damos que sí, que lo sabemos, que no nos los hemos leídos pero pasa la dichosa pantalla ya para que me pueda hacer la cuenta de una vez) más o menos restrictivos, sirven también como plataformas de divulgación ya sea de forma seria , rigurosa y profesional o simplemente desde el punto de vista informado de quien practica algo.
Obviamente me estoy refiriendo al BDSM visto en esas redes sociales.
Por supuesto que salen detractores y detractoras puesto que siempre hay quien tiene una opinión (que las opiniones son como los culos, todos tenemos uno, más o menos azotable) y quien pretende decirnos que así no, que ellos saben mejor lo que nos conviene y que el BDSM es «inserte aquí lo que no me gusta».
Al margen de esas críticas, muchas veces infundadas (no es lo mismo criticar alegremente lo que se desconoce que hacer una crítica meditada desde dentro, con conocimiento de causa, que las hay y muy buenas y válidas) las redes sociales son un lugar donde dar a conocer las prácticas, el día a día y cómo se viven las relaciones BDSM (como si quieres hablar de la pesca de la trucha con mosca).
La última en sumarse, por su reciente aparición, es TikTok, donde muchas cuentas tratan temas de shibari, relaciones D/s, perspectiva cotidiana del BDSM, relaciones de pareja e incluso el tan temido humor para algunos que se lo toman todo demasiado en serio.
Esas cuentas, al menos las que hemos podido ver hasta ahora, hacen un fuerte hincapié en la seguridad, en el consentimiento, en los beneficios personales que les aporta el BDSM, los diferentes puntos de vista, los tipos de relaciones, etc, etc.
Y al menos desde aquí, desde nuestro «culo», nos parece genial que a través de esas redes sociales se muestre el BDSM de una forma tan normalizada, sin aspavientos, obviando los comentarios negativos, de quienes no entienden, no quieren entender, los que afirman que eso no puede ser consentido y es tal o cual otra cosa, desde maltrato a perversiones varias y desviaciones.
Decid lo que queráis, porque en nuestra cama no mandáis.