Algunas relaciones en BDSM por su naturaleza íntima y de relación entre dos (o más) personas, llegan a un punto de compromiso donde las partes implicadas pueden desear hacer gala de su entrega mediante un marcado, una marca más permanente que un simple «eres mí@» o un collar especialmente escogido, entregado ceremonialmente, etc., práctica también conocida con el anglicismo branding.
Sin entrar a juzgar, porque no es nuestro trabajo, y en función de la naturaleza de la relación, como hemos dicho, las partes pueden desear que esa marca sea más permanente, algo que va más allá de un objeto removible.
Por un lado tenemos las perforaciones. Sean en el lugar que sean, son unas de las marcas que más se pueden «reciclar» en caso de dejar la relación. Entre estas encontramos piercings en los pezones, en el clítoris, labios, labios… de la cara, lengua, etc.
De hecho en Rincón de Libertad siempre recordaremos la perforación que se realizó como marcaje a una sumisa entregada en una de nuestras celebraciones.

Otra de las formas es el tatuaje, con el que se pone la marca del Dominante o una marca especialmente escogida como una «K» de Kajira (en aquellos que tienen una relación goreana), un anagrama, inicial, código de barras, incluso… La marca muchas veces queda disimiularda con otros tatuajes o al contrario, queda como una marca evidente pero cuyo significado es solo comprensible por los implicados. En otros casos son marcas que parecen más genéricas, como los consabidos «little girl», «daddy’s girl» y otras variantes. Hay mil y un recursos en este caso.
Las quemaduras son una técnica que se aplican mediante un hierro al rojo al contacto con la piel. Tiene un fuerte componente atávico y hoy por hoy son atendidas debidamente para evitar cualquier complicación posterior en cuanto a la salubridad y cuidados médicos de la quemadura. Dicha marca deja una cicatriz muy particular con la forma del hierro al rojo.

Las escarificaciones son otro método del que ya hablamos en otro post, y que consiste en dar relieve a una cicatriz añadiendo materiales al tejido cicatricial para formar un patrón o forma determinados. Con la técnica adecuada es una forma legítima de modificación corporal que, por otro lado, se lleva practicando desde épocas tribales.
En todo caso siempre que se desee, sea consentido, consciente y consensuado por las partes implicadas y que se haga de una forma responsable y sana, solo queda recalcar que hay que ser muy consciente de lo que se está haciendo, que no es algo que deba hacerse por impulso sino de forma meditada y con perspectivas a futuro.
Por lo demás, el marcaje es sensual, erótico, da una sensación de propietario/propiedad inigualable, es intenso y poderoso, pero no al alcance de todos los que practicamos el BDSM.
¿Cómo os gustaría de forma ideal ser marcados? ¿Qué marca os gustaría ver en vuestros cuerpos?
Me llama mucho la atencion del tatuaje como se muestra aqui en las graficas donde el sumiso porta el cinturon de castidad, se me hace una entrega total
La posibilidad de ser marcado es una fantasía que ha dominado mis sueños como sumiso por mucho tiempo….Desde luego que es un paso determinado por la longevidad de la relación y el nivel de confianza que se haya desarrollado entre las partes…No es para todo el mundo…
Primero, creo que se tomaría un período de vida considerable estando con esa Dómina especial…
De otra forma..la fantasía no es más que eso…una fantasía…