by Stewart Metatron
Hay un miedo patente y que no es ajeno a nadie de este mundillo que es ese momento en que una sesión sale mal. No hay feeling, se para, hay silencios incómodos y la conexión, como con el router de casa, a veces parece que viene y va, que no fluye y llega un punto en que la sesión está muerta.
Quiero dejar claro que hablamos de sesiones de pareja o personales, no de las profesionales ya que al ser, precisamente, profesional, siempre se pone remedio porque a veces es por nerviosismo, otras por dudas o falta de entendimiento pero una dominante de BDSM profesional sabe reconducirla adecuadamente para que siempre valga la pena.
¿Qué hacer en esos momentos en los que la sesión parece salir mal y languidecer?
Las personas somos falibles y aunque tuviéramos muchas ganas de entrar en sesión hay veces que simplemente se nos «corta el rollo». Puede deberse a factores extrernos como que haya demasiado ruido, nos interrumpan con frecuencia (vecinos, mascotas, un imprevisto que no se acaba de solucionar); o factores internos: cansancio, estrés, desconcentración, estar preocupados por otra cosas del mundo vainilla. Estos factores internos pueden ser propios o de nuestra pareja, o de ambos, incluso.
No es lo mismo alquilarte una mazmorra profesional o disponer de una en casa que tener que improvisar en la cama, que también está bien, pero, ¿qué pasa si cuando estáis empezando la sesión los vecinos empiezan a aporrear la pared?
Hay muchos supuestos en los que la sesión puede fallar.
EL cansancio de uno de los dos o ambos puede afectar e incluso la sesión más planificada, aunque se tenga por costumbre realizarla ese día a esa hora y se espere con ganas puede empañarse por un día demasiado duro, una semana muy exigente, por las preocupaciones familiares, laborales… En fin, el mundo exterior volviendo a entorpecernos el disfrute de nuestro mundo de cuero y cadenas.
Pero quizás lo más importante que recalcar es que es normal. Puede pasar en cualquier momento, puede suceder que en medio de la sesión nos vengamos abajo y perdamos el hilo porque un pensamiento intrusivo, un acontecimiento externo o una llamada de teléfono nos corte «el rollo».
Dejarla para otro momento más oportuno
No pasa nada por aplazar la sesión. Desata a tu pareja, cuida de que esté bien. Si él o ella es quien ha perdido el hilo una de las cosas más importantes es hablar y reforzar. Averiguar qué pasa, qué remedios se pueden aplicar y simplemente descansar. Prepara un café, un té, sentaos en el sofá un rato y hablad del tema, de la preocupación. A veces se puede llegar a volver a pegar la hebra disipando ese nubarrón. Puede pasar tanto al dominante como al sumiso, esto no respeta a nadie. Es importante ser sinceros para hacer desaparecer esa espina que no aparezca en otra sesión.
No lo hagáis de forma rutinaria
A veces lo peor de una sesión es sentirse obligado. Siempre lo hacemos los sábados por la noche. Bueno, cambiad la rutina. Hacedlo un día de diario por la mañana. Quedad para comer y luego id a un hotel. Variad el escenario, probad lugares nuevos. La rutina puede matar cualquier relación y el BDSM no es ajeno a ello.
Incomodidad
A veces hace un poco de frío o de calor de más, el cuerpo no responde bien, podemos estar un poco apáticos y nuestro cuerpo no acompaña; en mujeres puede suceder que algo como la menstruación te deje más fuera de combate que de costumbre, con dolor o malestar. Igual que en sesión debes indicar si estás bien a lo largo de las prácticas, antes de empezar aseguráos que también estáis perfectamente para no tener un bajón con una sesión interrumpida.
Refuerzo
Yo soy partidario siempre de hablarlo todo. Antes que dominantes y sumisos somos personas y tenemos nuestras preocupaciones. A veces parece que la pátina de dominante hace que muchos sientan la responsablidad de tener que estar al 150% y no mostrar debilidad nunca. Para mí eso es una paparrucha. Eres una persona. Un día puede que no se te apetezca por más que al sumiso sí. Puedes estar más preocupado o agobiado que de costumbre, indispuesto y no en el «correct mood», en el humor adecuado para ello. No pasa nada. Dilo, que tu pareja seguro que lo entiende.
Y lo mismo con la o el sumiso. No tiene por qué estar disponible al 150% siempre a complacerte. También es una persona y tendrá sus tribulaciones.
El BDSM, en definitiva, es para practicarlo siempre que nos apetezca y nos encontremos en buena condición para ello, tanto si lo usamos para evadirnos como para sorprender o vivirlo intensamente.
Si se te corta una sesión por algún motivo:
Parad, no pasa nada.
Hablad.Todos somos humanos. A lo mejor solo necesitas descansar un rato o dejarlo para otro día.
Variad la rutina. Prueba más tarde, o cambia tus costumbres. A veces siempre hacemos lo mismo, que es lo que más nos gusta en sesión y eso puede matar el encanto.
Salid, dad una vuelta, distraeos, poned una peli. Cambiad de escena totalmente para deshacer el «desencanto».
Pero sobre y ante todo, sed sinceros y hablad de lo que os ocurre en ese momento, qué percibís que está mal para poderlo arreglar.
Cuando hay un acontecimiento no previsto
Puede darse el momento en que en una sesión se dé una circunstancia no prevista. Una de ellas son los desmayos.
Durante una sesión de BDSM se dan muchas circunstancias de tensión y esto puede conducir a que la parte sumisa que normalmente es la más afectada por esto pueda darse. ¿Por qué y cómo reaccionar?
Lo más importante será llevar al sumiso/a a una posición de seguridad, soltándolo de las ataduras que tenga y llevándolos a posición horizontal/de seguridad en el suelo o en un colchón. Normalmente vuelven rápido a la consciencia pero yo aconsejaría detener ahí la sesión y mantener supervisión en los siguientes minutos u horas.