Hace años el ambiente BDSM era muy relacionado con cierta pátina de sordidez que lleva aparejado el Underground donde surgió y donde empezó a dar sus primeros pasos. Esas imágenes de mazmorras y locales oscuros, con música tronante, escasa higiene y gente en las sombras.
Por suerte, poco a poco, ha ido mejorando y podemos encontrar que, aunque a muchos les gusta tanto como excita el ambiente mazmorrero de sótano de castillo inquisitorial, no deja de ser un escenario más, ya no un lugar de perdición donde acaban los que gustan de estas prácticas.
Se puede practicar BDSM a la luz del día, en exteriores, en lugares bonitos, en una piscina, en un ambiente agradable, público o privado, sin tener que recurrir al aire mazmorrero.
Lo de la «habitación del dolor», sin duda no ha colaborado en la imagen y, aunque el aire eduardiano de The Upper Floor es tremendamente sofisticado y decadente, y a quién no le gusta una juerga bedesemera decadente, también podemos experimentar con ambientes mucho más asequibles, caseros y luminosos sin que el BDSM pierda su esencia.

El BDSM NO es sórdido per se. Otra cosa es que haya sido asociado demasiado tiempo con ese ambiente. Pero, y aunque guste muchas veces la asociación medievalista y casi inquisitorial de los aspectos relacionados con el aparataje, lo cierto es que puede ser tan refinado y/o decadente como se quiera, pasando por lo casero, lo casual o lo amateur total.

No son pocas las sesiones que se solicitan que sean en ambiente casero, que hay sumisos que «se cortan» con el ambiente mazmorrero, el látex, el cuero, las cadenas. Quizás porque a lo mejor les impone, o sienten que la barrera es más gruesa (no olvidemos, como ya hemos dicho, que el BDSM es vertical, no horizontal: es una relación de desigualdad manifiesta y voluntaria). Y en cambio prefieren ambientes más habituales, mundanos, donde el sumiso transita por la casa y se relaciona con lo que hay en ella. También es el morbo de saber que en cualquier momento se le puede solicitar o castigar en ese preciso lugar.

¿A quién no le gusta tener un esclavo por casa al que poder hacerle cosas? Siempre es divertido, y los internamientos lo demuestran.

Por eso digo que el BDSM no es sórdido en sí mismo. Y es una pena que en muchos ambientes se haya asimilado de esa manera y así, trasladado al imaginario colectivo.

Igual que el BDSM carece de una ideología; no por salir en Portero de noche o en varias películas más, se puede extender el oscuro espectro de cierta ideología racista alemana sobre él. Alemania, que, curiosamente, es una de las cunas del BDSM más público y también amante de los más extremos (es dice que París es la ciudad de la luz y que Berlín es la del cuero… si es que con el clima que tienen, hay que buscarse hobbys).

Así que, sí, queridos y queridas, el BDSM puede ser tan luminoso (existe el cuero blanco, eh?!) como se quiera. Steward, mi mayordomo, siempre dice que el cuero no lo es todo, que, de hecho la seda aprieta mucho más.

Y aquí lo dejo, solo mencionar que el BDSM puede ser lo que vosotros queráis, vuestro infierno deseado, vuestro paraíso esperado, y puede tener el tono que queráis, y no porque otros piensen sordidez tiene que ser así. Puede ser tan brillante u oscuro como os apetezca, como os llame, como salga de vuestra bedesemera alma.

Publicado por Domina Ghalia

Domina Ghalia es una dominante profesional que, a cambio del tributo adecuado, puede hacer realidad tus fantasías de sumisión. Normas de la Mazmorra: No Sexo Convencional. No Desnudos.