En el mundo del BDSM existen varias prácticas que son consideradas de alto riesgo o nivel porque implica elementos que fácilmente pueden provocar daño. Quizás por eso la excitación en torno a ello es tan alta para quienes gustan de prácticas de mayor intensidad. Tal es el caso del knive play o juego con cuchillos; pero hoy vamos a hablar de otra de estas prácticas de alta intensidad: el fire play.
Con Fire Play nos referimos a las prácticas que engloban el juego con fuego, como indica su nombre, para con nuestro sumiso.

¿Cómo se juega con fuego (y control) en un entorno BDSM?
Lo primero que necesitaremos serán los conocimientos adecuados.
No debe haber vello corporal en las zonas de juego.
Tener a mano material ignífugo (NOMEX, guantes aislantes, manta aislante).
Nunca tener demasiado cerca el material inflamable en la zona de juego (fundamentalmente alcohol, siempre en un bote cerrado)
Estar atentos a los daños en la piel: el fuego desgasta la piel y podemos crear una quemadura rápidamente si pasamos demasiadas veces por el mismo lugar; no olvidemos además de que cada persona tiene una sensibilidad distinta y tolerará más erosión que otras.
Y siempre, siempre, la precaución de que ante cualquier ampolla o abrasión acudir de inmediato a Urgencias para su tratamiento.
Ya hemos hablado de las precauciones. Hablemos del juego en sí, hablemos de Fire Play.
En este tipo de juego podemos usar varios elementos, contando siempre con un líquido inflamable que se usará sobre la piel o sobre el elemento que luego tocará la propia piel.

Los bolillos o baquetas: son unos palos de metal, generalmente, con una esponja empapada del líquido. Hay dos formas de jugar con ellos. La primera es usando dos, uno empapado y el otro encendido. Con el primero haremos un camino de líquido inflamable, dejándole sentir al sumiso el «camino» que van a seguir las llamas, y encendiéndolo con el segundo. Inmediatamente se apagarán con la mano o con un guante aislante, el tiempo justo para que el sumiso sienta el calor y la posibilidad de resultar quemado que suele disparar la adrenalina y la excitación sexual.
La segunda de las formas es usando un solo bolillo bien empapado y encendido que pasearemos rápidamente sobre la piel y que dejará un rastro de fuego sobre ella al dejar caer líquido, y que apagaremos con guante o la mano (con la mano solo si se tiene mucha práctica).
Con el líquido: Otra forma es creando un camino de líquido inflamable controlado sobre la piel que encenderemos con un fuego ya prendido, en una baqueta, un bolillo, una cerilla o similar. Siempre con cuidado de no pegar a la piel el iniciador. Inmediatamente apagaremos el fuego con la mano, manopla, guante o el elemento que hayamos decidido.
Hay formas que van desde el erotismo al sadomasoquismo de usar este sistema, como obligando al sumiso o sumisa a recoger líquido en sus manos e iniciándolo, haciéndole percibir que nuestro es el poder de apagarlo, en un juego de máxima confianza e intercambio de poder. Otro es testear los límites de soportarlo del sumiso también
Floggers de fuego: es muy espectacular y hay que tenerlo muy controlado. Consiste en propinar azotes con un flogger ignífugo prendido en llamas. El rápido contacto impide normalmente que se haga una quemadura pero sí se siente el calor.
Usar el sumiso para apagar llamas: en un juego de máxima confianza, se prende fuego a alguna superficie y el sumiso debe apagarlo con su cuerpo. Siempre se controlará que la superficie no se haya calentado demasiado y que la zona con la que se apague no sea con ninguna mucosa. Usando manos, pies, pechos, nalgas…

Estas son algunas de las prácticas de Fire Play. Si conocéis más, dejadlas aquí abajo, que os leeré.