Para todo hay que saber. Y antes de saber muchas veces hay que aprender. Pero últimamente, como en tantas otras rachas, han crecido los niveles de aspirantes a dominante, tanto mistress (palabra últimamente muy de moda en la oferta de BDSM) como dominatrix, dommes o doms. Hay de todo.

No voy a entrar en ese trapo. De lo que voy a hablar, y brevemente, porque no voy a gastar más tiempo en ello, es del cuidado que hay que tener.

Porque un wannabe, que es como los voy a llamar (un «quiero y no puedo»), es un peligro. Porque querer aprender, está bien, es importante mejorar. Yo misma aprendo continuamente, mejoro, leo, practico, me informo y me adapto. Pero nunca he ofrecido un servicio sobre algo que no controlo, conozco y puedo responsabilizarme de ello.

Por supuesto no hablamos de casos extremos:

Hablamos solo de quien ofrece servicios profesionales que realmente no conocen en profundidad la responsabilidad de una dominante. En las prácticas, en el consenso, en que un sumiso cuando viene con su tributo en la mano deja su salud, su bienestar y sus deseos en tus manos y tienes que estar a la altura. Física y emocionalmente.

Es cierto que en el BDSM profesional hay mucho intrusismo. Muchos sumisos me han hablado de ello, de cómo las wannabe solo buscan dinero fácil desdeñando todo lo que implica el apartado BDSM, muchas veces ignorando los protocolos más básicos, con mazmorra o sin ella. «Ven, de rodillas, dos guantazos, córrete, vete a tu casa».

Ser domina es una responsabilidad. Domina, mistress, dominatrix, como lo quieras llamar. Pero siempre teniendo en cuenta muchos más aspectos que el mero tributo. Yo lo dije en su momento: hice de mi afición mi profesión, y como tal tengo unos estándares de exigencia, de calidad, de ofrecer lo mejor de mí misma para hacer realidad esa fantasía pactada con mis sumisos. Y nunca, bajo ningún concepto, faltarles al respeto no ofreciendo un BDSM que no sea de la mejor calidad con lo que sé, con lo que aprendo y lo que soy capaz de dar.

Publicado por Domina Ghalia

Domina Ghalia es una dominante profesional que, a cambio del tributo adecuado, puede hacer realidad tus fantasías de sumisión. Normas de la Mazmorra: No Sexo Convencional. No Desnudos.