el BDSM No es siempre sinónimo forzoso de dolor. Esto no es una escuela de sadismo ni una forma de desfogar un ansia psicopática por provocar dolor extremo.
Tiene que ver más con otras cosas:
¿BDSM = dolor?
El término BDSM a menudo se asocia inmediatamente con el dolor, pero esta es una visión limitada y errónea de una práctica mucho más rica y compleja. BDSM, acrónimo de Bondage y Disciplina, Dominación y Sumisión, Sadismo y Masoquismo, abarca una amplia gama de actividades y dinámicas que van mucho más allá del simple acto de infligir o recibir dolor. Es fundamental desmentir esta percepción y entender que el BDSM implica, ante todo, una base sólida de consensualidad, confianza y comunicación.
Para empezar, es crucial destacar que una relación BDSM sana solo implica dolor cuando es algo consensuado y deseado por ambas partes. Las prácticas de dolor pueden ser una parte del BDSM, pero no lo definen en su totalidad. De hecho, hay muchas relaciones y dinámicas dentro del BDSM que no incluyen ningún tipo de dolor físico. A continuación, exploramos diez aspectos clave del BDSM que demuestran su diversidad y profundidad:
- Dominación y Sumisión (D/s): Una de las piedras angulares del BDSM es la relación de poder consensuada donde una persona asume el rol dominante y la otra el rol sumiso. Esta dinámica puede incluir órdenes, obediencia, y el control en diversas formas, sin que necesariamente haya dolor físico involucrado.
- Confianza: La confianza es fundamental en cualquier relación BDSM. Ambas partes deben sentirse seguras y confiadas de que sus límites y deseos serán respetados en todo momento. Esta confianza se construye a través de la comunicación abierta y honesta.
- Exploración de necesidades y deseos: El BDSM ofrece un espacio seguro para que las personas exploren y expresen sus deseos más profundos. Esta exploración puede incluir fantasías y roles que no necesariamente implican dolor, como juegos de roles o fetichismo.
- Realización personal: Para muchas personas, el BDSM es una forma de alcanzar una realización personal y emocional. Puede ser una manera de conectar con aspectos de su identidad que no tienen cabida en su vida diaria convencional.
- Retroalimentación: La retroalimentación continua es esencial en el BDSM. Las sesiones a menudo incluyen “check-ins” o puntos de control para asegurarse de que ambas partes se sienten cómodas y satisfechas con la experiencia. Esta práctica ayuda a ajustar las dinámicas y asegurarse de que se cumplan las expectativas y límites de ambos. Además de la seguridad de las palabras de control, esto implica la atención del dominante hacia la situación del sumiso, al ir chequeando cómo reacciona, el estado del cuerpo y cómo se va comportando conforme avanza la sesión para tener en cuenta su seguridad.
- Juegos mentales: El BDSM también puede incluir una gran cantidad de juegos psicológicos que no implican dolor físico. Esto puede incluir humillación consensuada, control mental, y manipulación psicológica dentro de límites seguros y acordados, como el mind fuck, una serie de prácticas para ir frustrando al sumiso, tanto en sesión como en su vida diaria (obviamente, previos acuerdos de límites).

- Bondage: El bondage o ataduras es una práctica común en el BDSM que no necesariamente incluye dolor. Se trata más bien de la restricción de movimiento y la sensación de estar controlado, lo cual puede ser extremadamente placentero para algunos.
- Rituales y estructura: Muchas relaciones BDSM incluyen rituales y estructuras diarias o semanales que refuerzan la dinámica D/s. Esto puede incluir reglas específicas, tareas, o comportamientos esperados que no tienen nada que ver con el dolor.
- Fetichismo: El fetichismo puede jugar un papel importante en el BDSM. Muchas personas encuentran placer en objetos o escenarios específicos, como el uso de ciertos tipos de ropa o la recreación de escenarios particulares.
- Erotismo y sensualidad: El BDSM también puede ser extremadamente erótico y sensual. La exploración de los sentidos y la creación de un ambiente cargado de tensión sexual y deseo puede ser una parte integral de la experiencia BDSM; es la conocida como Dominación Erótica.
El BDSM es un universo vasto y multifacético que va mucho más allá del simple acto de infligir o recibir dolor. Las dinámicas de poder, la confianza, la exploración de deseos, y la comunicación abierta son pilares fundamentales que definen una relación BDSM sana y consensuada. Es crucial entender y respetar la diversidad dentro del BDSM y no reducirlo a una caricatura de dolor y sufrimiento. En última instancia, cada relación BDSM es única y está construida sobre la base del consentimiento y el deseo mutuo, lo que permite a las personas explorar y disfrutar de sus fantasías de una manera segura y gratificante.