A todos nos gusta, casi sin distinción, tener juguetes para las sesiones. En muchas ocasiones suplirán la carencia o simplemente les tendremos más apego o manejo que a los más profesionalizados. Me refiero a todo aquello que suple el aparejo profesional.
En lugar de palas de spanking podemos tener cepillos para el pelo de madera, de esos anchos. Podemos disponer de palillos chinos, pinzas de la ropa de madera o plástico, de distinto tipo, cuerdas más o menos normales (no de cáñamo o yute), cadenas cromadas… Hablo de todo aquello que podemos comprar en lugares normales como tiendas o secciones de bricolaje, incluso en el supermercado. A veces, incluso, coger ramas o cañas de un paseo por el campo.
Pero todo esto necesita una preparación determinada, una que permita utilizarlos sin riesgos y de forma segura puesto que se les va a dar una utilidad para la que, de base, no están pensados.
Vamos a hacer un repaso a algunos artículos caseros, de los más populares, que puede venir bien repasar antes de usar.
Utensilios de cocina.
Entre los más famosos, las cucharas y espátulas de palo son un must en muchos kits de bricosado. Ya los usemos solo para nuestras sesiones como para cocinar y haya sido algo improvisado, deberemos verificar, sobre todo en los nuevos, que no tienen astillas. Si la madera es porosa, pasarle un paño con aceite puede ser una buena idea, así como verificar los bordes. Si creemos que necesita un repaso porque es algo áspera, se puede lijar suavemente.
Pinzas
Las mejores son las de madera, por descontado, porque la superficie de pinzamiento es plana. Las de plástico tienden a ser rugosas o acabadas en vértice y cortan más la circulación. Será conveniente repasar la madera para verificar la ausencia de astillas.
Si se van a usar las metálicas de oficina (esto se considera de alta intensidad) solo habrá que verificar que la superficie está limpia y no tiene ningún fallo de fábrica como pintura descascarillada o algún punto levantado que cree una púa molesta.
Cuerdas
Aunque las más recurridas siempre son las de yute o cáñamo, fáciles de encontrar, y que tienen su propio cuidado también los hay que gustan de las de nylon, que no tienen tantos pelos sueltos aunque los nudos no aguantan tanto. Sí será importante revisar los cabos y quemarlos para que la fibra no se abra.
Cañas y ramas
Cuando paseamos por el campo (o la sección de jardinería de Leroy Merlin o tu tienda de confianza) con ánimo de bricosado las cañas y ramas siempre llaman la atención. Si las adquirimos tendremos que revisar los posibles nudos y las astillas. En el bambú sobre todo, que es propenso a astillar o tener «pelos» en los nudos. También en algunos casos una mano de barniz puede ayudar a aglutinar bien las fibras.
Cadenas y candados
El cuidado aquí siempre será revisar que el cromado sea consistente, no haya imperfecciones en el metal y sean de la calidad adecuada.
Cable
Siempre se desaconseja utilizar el cable eléctrico para cualquier atadura o restricción porque no es un elemento fiable, los nudos no se hacen bien y en caso de emergencia necesitas unos alicates de corte para cortar y eso no desliza bien sobre la piel. No lo uséis.
Elementos punzantes
Chinchetas, agujas, etc. Todo deberá ser desinfectado con alcohol previamente a su uso, o con un autoclave de rayos UVA, también, además del tratamiento etílico propio para que no haya infecciones de ningún tipo.
Espinas y elementos punzantes naturales
Hay elementos de la naturaleza que nos gustan a los de gustos más avanzados y punzantes, como las ramas de rosal, ortigas, etc. Lo ideal es tener siempre remedios preparados para el aftercare y también desinfectar en lo posible las espinas con alcohol.
Hasta aquí, algunos de los cuidados y preparaciones clave.
¿Qué usáis de elementos caseros?
Vale la zapatilla de casa?
Pues la zapatilla, no hay nada más casero, ni mejor para azotar.