Dentro del fascinante mundo del BDSM, destaca una práctica menos conocida pero igualmente intensa: el control mental que se puede dar, más allá de lo físico en las relaciones de dominación y sumisión, sobre todo en aquellas que pretenden llegar a los Intercambios Totales de Poder. En estas relaciones, el cerebro se convierte en el órgano principal para llevar a cabo una danza intensa entre el Dominante y el sumiso.

Antes de sumergirse en la dominación mental, es crucial establecer un consenso entre las partes mediante la elaboración de conversaciones que detallen límites, prácticas permitidas, y los juegos mentales, así como los tabúes que no se deben sobrepasar. La ética del BDSM destaca la importancia del respeto, bienestar y seguridad, subrayando la necesidad de una comunicación constante y el establecimiento de una palabra de seguridad.

La dominación mental implica un control sobre la actitud más que sobre lo tangible, creando una conexión profunda en la relación de dominación/sumisión. La obediencia va más allá de la presencia física, alcanzando un nivel superior donde el sumiso sigue las órdenes incluso en ausencia del Dominante, llegando a manipularse y condicionarse ciertos procesos mentales donde el sumiso empieza a alterar sus conductas según las órdenes y parámetros dados.
Por ejemplo realizando un pequeño ritual siempre que vaya al baño, meditando cada noche y dando una respuesta a una pregunta al dominante antes de dormir, supeditando algunas necesidades orgánicas a la voz del dominante. Este caso es por ejemplo muy notorio en la denegación del orgasmo o en el orgasmo mental, un proceso por el que el dominante, mediante sugestión y el uso de texto o voz, puede hacer que el sumiso pueda llegar al orgasmo sin necesidad de tocarse ni tocarlo, solo jugando con su mente, recuerdos, sensaciones y necesidades.

Contrario a la dominación física, la dominación mental no se traduce necesariamente en una relación permanente fuera de las sesiones. Es un juego que comienza con el collar y termina cuando el sumiso indica el fin de la sesión, manteniendo así un equilibrio en las relaciones personales. Pero en las relaciones ITP o con acuerdos previos, sí puede darse fuera del tiempo de sesión, si es lo convenido. Ahí es donde empieza el control mental y el condicionamiento.

Por ejemplo que el sumiso trabaje siempre con la mesa muy pegada al cuerpo, con ropa interior del otro sexo, con palabras pintadas sobre la piel, teniendo que hacer rituales cada X tiempo (manda foto cada 30 minutos, date un azote en los genitales antes de orinar) o incluso forzando los límites del sumiso (siempre bajo control y supervisión del dom.). También llevando una goma elástica en una muñeca y que se azote con ella cada vez que tenga un pensamiento erótico, etc. Otro ejemplo: haciendo que hable con desconocidos si es introvertido y dándole una recompensa en forma de orgasmo, dolor, las dos cosas… etc.

La responsabilidad del Dominante va más allá de la sesión, implicando un compromiso ético para contribuir al crecimiento personal del sumiso. La práctica de la dominación mental requiere características específicas en la personalidad del Dominante, incluyendo autocontrol emocional y un profundo autoconocimiento.

La sumisión mental se alcanza a través de la introspección, diálogo bidireccional constante y la repetición en el subespacio y durante las sesiones. Los sumisos/as participan activamente, asumiendo responsabilidad por sus emociones y expresándolas posteriormente.

También por ejemplo llevando al sumiso o sumisa a escenas mentales donde se exploten sus fetiches, además de los espacios físicos. Si tiene afán por el exhibicionismo relatarle escenas mientras se masturba donde suceden (en un autobús, en una parada, en el metro, en un restaurante…). A veces, la sesión puede ser tan intensa que el sumiso acaba teniendo no el recuerdo de esa sesión, sino llegar a sentir el recuerdo físico de esa escena expresada con viveza, remarcándole cada sensación en cada momento. Se puede llegar a conseguir que relatándole una escena de sexo oral sienta el sabor, las arcadas, la presión. Que su ano se sienta usado de verdad, que experimente los olores del lugar que le has relatado y que, cuando vuelva a él, por ejemplo un transporte público, un taxi, un restaurante conocido, llegue a tener erecciones/mojarse solo por sentir que ya ha vivido eso, porque el dominante le ha llevado ahí.

La práctica ética implica un enfoque positivo, estimulando y reafirmando al sumiso/a dentro de los límites consensuados. La retroalimentación positiva se convierte en un medio para alcanzar objetivos personales, fomentando un crecimiento progresivo en la relación, pero esa realización es de ambas partes, dominante y sumiso.

La dominación mental busca establecer un vínculo. A veces emocional, otras psicológico e, incluso, físico en la dependencia de las sensaciones. Escuchar y comprender a la otra persona se convierte en la base, permitiendo la persuasión cada vez más profunda y el convencimiento mutuo. Se destaca la importancia de la empatía, entendida como la capacidad de ponerse en el lugar del otro; este factor es muy importante a la hora de recrear las sensaciones y que el sumiso pueda sentirlas físicamente, aunque solo se esté dando una conversación por WhatsApp, por ejemplo.

Se advierte sobre la diferencia entre dominación mental y control mental, siendo este último asociado con cambios en la personalidad o condicionamiento de la conducta. Son diferentes pero no excluyentes y siempre que haya consenso en hasta dónde se puede llegar, no habrá problema en la práctica.

En la dominación mental en el BDSM se destaca entonces el componente mental-emocional, que no solo busca el placer erótico sino también el crecimiento personal, estableciendo límites respetados y fomentando la comunicación y el respeto mutuo, así como los objetivos a los que se quiere llegar para enriquecer más la relación.

Es importante también remarcar que para la dominación mental es muy importante no solo tener un objetivo sino saber qué se quiere lograr entre ambas partes, para que esta práctica tenga sentido.

Publicado por Domina Ghalia

Domina Ghalia es una dominante profesional que, a cambio del tributo adecuado, puede hacer realidad tus fantasías de sumisión. Normas de la Mazmorra: No Sexo Convencional. No Desnudos.

2 respuestas a «Más sobre dominación y control mental»

  1. Dominación mental es la tema que estoy buscando desde hace muchos años, y es muy difícil encontrar Domina de verdad, que sabe, entiende y practica esta parte de dominación.
    En este caso, todo lo que he leído ahora, me parece muy profesional…
    Muy similar a lo que estoy buscando…?

  2. Gracias por ampliar el contenido de la entrada de la semana pasada. Realmente interesante, como siempre.
    A Sus pies

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