Era la primera vez después de un largo periodo de inactividad, que
volvía a servir a Domina Ghalia, en un internamiento de 24 horas de
esclavitud total. Ya lo habíamos hecho, años atrás, pero por diversos
motivos y siempre por mi culpa, no lo habíamos repetido, a pesar de
diferentes intentos.
Estaba esperando a la puerta de la mazmorra, cuando ésta se abrió, y
Domina Ghalia dijo fríamente:

—Besa cada uno de mis pies y luego pasa al salón, quítate toda la
ropa y enséñame los juguetes que traes en esa bolsa.
Una vez desnudo le enseñe una mascara de polipiel, unas pinzas para
pezones, un dispositivo de castidad con candado y llave, 2 dildos y un slip
de cuero negro. Después de examinar todo, dijo:
—Ponte la capucha y el dispositivo de castidad, el resto me lo quedo
yo. Cuando estés preparado, te arrodillas en frente de mi.
Así lo hice y cuando me arrodillé frente a Ella comenzó a hablar:
—Estoy un poco harta de tus pegas, de tus excusas para no venir a
servirme cuando te lo ordeno, de las veces que dices que vas a venir y no
vienes o de que me pongas límites infranqueables.
—Señora, yo tenía limi……..- comencé a decir para intentar
defenderme
—Silencio, idiota —dijo interrumpiéndome—. Esta vez has venido para
ser un esclavo de verdad. obedecer en todo lo que se te ordene, soportar
mis castigos y humillarte hasta la degradación total. Has dejado de ser tu
mismo para pertenecerme, a mí y a quien Yo te ceda.

Estoy pensando que voy a hacer contigo, de aquí en adelante y solo
se me ocurren 2 cosas. O te pongo de patitas en la calle ahora mismo, que
es lo que me pide el cuerpo, o si quieres seguir, aceptas todo lo que yo te
ordene. Has de aceptar que vienes a obedecer y complacer esclavo.
A mí no me vuelves a dejar con sensación de ridículo, ni me pones
límites infranqueables, ni limitaciones de horarios, ni me vuelves a poner
excusas cuando te digo que vengas a servirme y no vienes, etc etc. Si
quieres seguir siendo mi esclavo, tendrás que soportar todo lo que yo te
ordene hoy.
A continuación y sin dejarme hablar, me puso un collar de cuero
,coloco las pinzas en los pezones ,que estaban unidas por una cadena y me
ordeno darme la vuelta para mostrarle mi trasero, donde coloco sin
miramientos, uno de los dildos que yo había llevado.
—A cuatro patas y en posición de suplica, esclavo-ordenó
Rápidamente adopte la posición indica y comenzó a decir:
—Eres consciente que has actuado mal y que la has cagado conmigo
varías veces, y que vas a se castigado por ello. Vas a estar aquí, a mi
Servicio durante 18 horas. Durante este tiempo tengo reservadas sesiones
con otros sumisos, que las llevare a cabo mientras tu estas encerrado y
luego recogerás y limpiaras la mazmorra, mientras yo descanso entre cada
sesión. También puede que te exhiba como mi esclavo personal. Ahora
vamos a empezar con el castigo. Me consta que no soportas el dolor, pero
hoy vas a sufrir por mi
Durante 30 minutos, comenzó a azotarme el culo, primero con la
palma de la mano hasta dejarlo completamente rojo y luego con una caña
gruesa, muy gruesa y trenzada, que me dejó unas marcas, que una semana
después aún persistían.

Aburrida de azotar mi trasero, me ordeno seguir de rodillas, pero
erguido en frente de Ella. Entonces, comenzó da tortura de los pezones,
estirando de la cadena hasta que se soltaran, para volver a colocarlas y
repetir la jugada. Conocedora, como era, de que era junto a los pies, una de
las actividades que mas me excitaban, continuó la tortura jugando con la
cadena y sus deliciosos pies, hasta que por enésima vez, consiguió que se
soltasen y esta vez, no pude aguantar mas y caí gritando, rendido a sus pies,
suplicando clemencia.
Apenas me dejo adorar sus pies unos segundos cuando dijo:
—De rodillas y silencio, me gustan los esclavos con dignidad. Abre la
boca.
Comenzó a escupir saliva sobre mi boca y a ordenar tragármela,
cuando sonó el timbre de la puerta de la mazmorra.
—Es el esclavo de la sesión de las 4 —dijo— quítate la capucha y sube al
piso de arriba, te encierras en la habitación, permaneces en silencio y
esperas —dijo mientras colocaba de nuevo las pinzas en mis pezones
Así lo hice y espere en silencio con las pinzas puestas en los pezones,
durante una hora. Luego, Ella subió a la habitación me dio mi capucha y
dijo
—Ponte la capucha y baja, te voy a exhibir, como el esclavo que eres.
Obedecí poniéndome la capucha y descendiendo a la mazmorra donde me
esperaba mi Diosa sentada en el trono. No pude ver al otro esclavo pero
escuche a mi Dueña decir:
—De rodillas en frente de mi y con la mirada al suelo.
Entonces, presentí que estaba el otro esclavo y mi Dueña comenzó a
torturar mis pezones demostrando al esclavo su poder sobre mi. Luego,

acompaño al esclavo a la puerta se despidió y cuando volvió se sentó en el
trono y me quitó las pinzas, que llevaban puestas mas de 1 hora. El dolor
fue enorme, pero mi excitación mayor. Me arroje a sus pies y mientras los
besaba, lamía y adoraba suplicaba ser su esclavo. Ella, con el movil
grababa la escena. De repente, dijo
—Ponte boca arriba esclavo.
Se puso en cuclillas encima de mi cara y empezó a orinar en mi boca,
diciendo:
—Trágatelo todo.

Publicado por Domina Ghalia

Domina Ghalia es una dominante profesional que, a cambio del tributo adecuado, puede hacer realidad tus fantasías de sumisión. Normas de la Mazmorra: No Sexo Convencional. No Desnudos.

Una respuesta a «Relato del Esclavo Escoria I»

  1. Es exactamente lo que me gustaría, sentir este placer, pertenecer a mi Dueña…
    Es muy difícil encontrar una Domina tan real, como Domina Ghaila…
    Saludos

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