Había esperado durante años está oportunidad. Diosa Ghalia anunciaba la posibilidad de
una sesión cuckold con su nuevo alfa.
El encuentro sería en un lugar a medio camino entre el Norte y el Sur.
Tierra de nadie….la zona fantasma donde el vicio y la per versión anidan.
A las 19:30 de la tarde recibí un mensaje de WhatsApp:

—Vamos para arriba, espero que lo tengas todo listo, cornudo.
Repasé visualmente la habitación de hotel. Fresas con nata y guantes de látex negros para
ella… Preservativos XL…obviamente para Él. Y Aquarius de naranja para los dos y un
poquito de incienso.
Diosa Ghalia entró en la habitación sonriéndome burlonamente agarrada de la mano de su
empotrador.
Hacían una pareja perfecta. Su presencia inundaba toda la habitación como un amanecer
de Poder.
—Tenías ganas de verme ¿verdad Cornudo? —dijo Diosa Ghalia mientras metía dos dedos en
mi boca y me la follaba suavemente—. Desnúdate y sírvenos —ordenó mientras se dirigía al
sofá donde se sentaron ambos entre risas y cuchicheos.
Avergonzado por la presencia de su macho, me desnudé sin mucha decisión. Solo me
cubría un CBT la entrepierna. Su macho me miraba con la indiferencia del que mira un
contenedor en la calle, mientras Ghalia acariciaba su paquete.

—¿Lo llevas puesto desde hace dos semanas putita?— preguntó Ghalia mientras acariciaba mis
huevos repletos de amor y apretaba juguetonamente el cbt, sonriendo.
—Si Diosa.
—Perfecto. Sírvenos.
Puse incienso en el quemador y serví dos aquarius de naranja… Diosa Ghalia se apretaba
contra su macho y lo besaba, mientras me miraba.
Su macho me miraba recostado en el sofá, con la indiferencia del que mira un contenedor
en la calle, mientras Ghalia continuaba con sus atenciones y acariciaba su paquete que se
veía gigantesco, marcando un bulto descomunal en el pantalón.
Ghalia chasqueó los dedos, y enseguida entendí lo que debía hacer. Cogí una fresa, le puse
nata y delicadamente la acerqué a la boca de mi Diosa. Unas veces se comía la fresa ella
sola mientras su macho le devoraba los pezones y otras compartía la fruta con su macho
mientras se besaban y mi Diosa acariciaba mis huevos con una mano, haciendo que me
doliera la polla al activar mi erección con el dispositivo de castidad puesto.
—De rodillas, Putito. Acércate —ordenó Diosa Ghalia mientras con una señal indicaba que ya
no quería más fresas.
Me puse en posición obediente y Diosa Ghalia jugueteo un poco más con mis huevos y el
CBT.

—Tienes una minipolla. Por eso te he tenido en castidad dos semanas. Solo puedes tocarte
cuando yo quiero. Te voy a quitar el candado ahora. Sobre todo, para que veas la diferencia
entre tú y un alfa.
Ghalia liberó los resortes del CBT, y riéndose meneo mi pollita con dos dedos.

—Que cosita más ridícula. Solo me harías cosquillas con este micropene. Ahora vas a
comprobar la diferencia. Vas a ver el tipo de polla que satisface a tu Ama. Quítale los
pantalones a mí macho.
El macho se quitó la camiseta. Deslizó su culo un poco adelante en el sofá para facilitarme
la tarea y como si no existiera comenzó a besar la boca, el cuello y las tetas de Diosa
Ghalia.
Avergonzado y humillado, obedecí y desabroche el cinturón del hombre que disfrutaba en
mi puta cara de la Diosa que amo.
Cuando baje los calzoncillos hasta los tobillos se liberó un enorme rabo aún morcillón que
me dejó en estado de shock.

—Esto es una polla de verdad, me cuesta agarrarla con la mano, ves? —dijo Ghalia mientras
me sonreía sacando la lengua y masturbando muy lentamente el pollón de macho.
—Y eso es una minipolla.
Las coloco ambas cerca para evidenciar más la diferencia de tamaño. Con una mano
meneaba con dos deditos mi pollita mientras con la otra masturbaba la pesada porra de su
empotrador.
Mirándome a los ojos, lamió la verga del macho como si fuera un helado… desde los
cojones hasta el glande. Cuando coronó se dedicó a lamer en círculos su
capullo… mirándome fijamente a los ojos.
Ghalia acerco mi cara a pocos centímetros del pollón que no paraba de chupar. Escupía en
la verga y su babas caían por el tronco venoso hasta los dedos de su mano, que se movía
frenéticamente arriba y abajo.
Soltó la mano de la verga y mojo mis labios con saliva con olor a polla, para terminar
follándome la boca con dos dedos mientras no paraba de chupar aquel tronco lleno de
venas, sin parar de mirarme a los ojos.
—Abre putita —me ordenó Ghalia en un susurro.
Abrí la boca obediente….y recibí un escupitajo de saliva, Dos escupitajos….
—Ahora ya sabes a qué sabe un polla de verdad, zorra. Agárrala tú, y pon está polla dura para mí. Lo estás deseando cornudo. Te va a reventar la pollita, de dura que se te ha puesto al ver el pollón de mi macho…pedazo de maricón.
Muy lentamente comencé a masturbar ese mástil que se endureció como una columna de
mármol.
Ghalia lamía la cabeza y de vez en cuando escupía saliva en mi boca.
Me sentía muy humillado y excitado a la vez. Obligado a masturbar una polla para mí Ama.
Acercándome aun más a la ella, Ghalia acariciaba con su mano izquierda mis testículos y
mi pollita, mientras con la mano derecha me arrebató el pollón, retomando la paja ella
misma.
—Ahora te vas a tragar la polla de mi macho hasta los cojones, como el puto cornudo
maricón que eres. Ponla bien dura con esa boca de putita para que me folle como tú no
podrás hacer en tu vida.
Ghalia me agarró de la cabeza con una mano mientras con la otra guío el pollón hasta mi
boca.
—Mámala hasta el puto fondo. Pónsela bien dura para mí. Que es para lo que sirves.”
Ghalia cada vez empujaba más abajo, y empecé a oír mis propias arcadas mientras me
lloraban los ojos.
Sin embargo, mi Diosa me había entrenado previamente con pollas de plástico. Y después
de ponerme a tragar progresivamente empecé a sentirme extrañamente cómodo mientras el
glande de ese pollón acariciaba el fondo de mi garganta.
Parecía que el reflejo faríngeo cada vez era menor. Lo cual animaba a mí Diosa a apretar
mi cabeza aún más, hasta que llegue a hacer tope con los huevos en los labios. Una verga
de 20 cm atravesaba mi garganta.
—Así me gusta putita. Que tragues hasta el puto fondo para tu Ama. Me ha puesto cachonda
perdida lo furcia que eres para mí. Lo bien que has aprendido a comer polla para mí. Ahora
vas a clavarme está polla dura en el coño como el puto cornudo mamporrero que eres. Pero
antes le vas a poner un condón con la boca como te he enseñado.
Con mi hombría totalmente destruida abrí la boca y Diosa Ghalia me coloco un condón en
los labios. Procedí a hacer lo que tantas veces había hecho con la polla de goma de mi
Diosa, pero está vez era diferente. La carne palpitaba.Estaba muy caliente y con mas venas
que un pantalón de pana.
Besé la punta del pollón del Alfa y lentamente apreté mis labios. Primero me entró el glande
y poco a poco fui succionando todo el tronco hasta que hizo tope en mi garganta. Aún
quedaba un trozo de polla fuera… el resto del condón hasta los cojones lo desenrollé con
los dedos.
Saqué mi boca de la polla, que había quedado perfectamente plastificada, y el macho
agarro las piernas de Ghalia y las coloco sobre su pecho alineadas con sus hombros.
Obedeciendo a mí Ama, agarre su verga enorme, dura y palpitante y la introduje muy
lentamente en su coño. La atravesó como un palo hirviendo la mantequilla…..sin dificultad
ni resistencia. Diosa Ghalia agarro mi cabeza y la coloco a escasos centimetros de su
clítoris, agarrándome del pelo mientras mi mejilla reposaba en su abdomen.
—Mira como me empotra un hombre de verdad, cornudo maricón. Aprende y olfatea mi coño
mientras me lo revientan —gritó Diosa Ghalia entre jadeos de placer.


El macho la azotaba, y la sujetaba fuertemente por el culo, mientras la cadencia de su
golpeó sonaba como correr con chanclas por un pasillo infinito. Cómo una final de Gran
Slam… con golpeos demoledores.
Ese macho estaba partiendo la mujer que amo por la mitad… sin dificultad alguna. Su
enorme rabo entraba apretadísimo en su coño. Era un portento del arte de empotrar….y sin
poder evitarlo me puse a pelarme mi pollita con dos dedos.
—Mírame cornudo… ¡mira cómo me corro mientras me revienta un rabo de verdad! Aullaba
Ghalia mirándome a los ojos y esculpiéndome la boca de vez en cuando
Sin previo aviso, el squirt de Diosa Ghalia empapó mi cara, mientras gemía con
contracciones y la enorme polla del macho no paraba de martillearla.

—Que buena follada me han dado cornudo —comentó Ghalia entre suspiros cuando se
recuperó..
—Ahora… tengo ganas de follarte a ti. Ofrécete zorra. Ponte en 4 y levanta bien ese culo,
que voy reventártelo. Para eso has venido, para ver cómo me follan, para lamer y para que
te folle el culo como el puto cornudo maricón que eres. Pídemelo putita… que yo sé que te
encanta…
—Diosa Ghalia fólleme el culo. Soy Su puta.
—Jajajajajaja, por supuesto putita, te voy a follar viva —dijo clavándome un strapon
lentamente después de escupir un par de veces en mi ojete.
Estaba tan cachondo que la polla entró hasta el fondo sin ningún dolor.
—Pedazo de guarra… cómo te entra. Mmmm pero quiero más —dijo Ghalia mientras me
follaba el culo y con la otra mano me obligaba a chupar la polla de su macho.
—¿Te gusta que te folle el culo, cornudo maricón? ¿Qué te gusta más? Comer polla o que te
folle el culo? Jajajjaajjajaja… ¿qué te pasa? No puedes contestar maricona? Solo oigo tus jadeos de zorra
sodomizada.
Que cachonda me pone emputecerte joder. Usarte. Me encantaaaaaa.”
—¡Fóllale bien la boca a esta putita, que yo me encargo de reventarle el culo de
maricona! —aullaba Diosa Ghalia mientras azotaba mi culo con una mano y con la otra
agarraba mi pelo, apretando mi cabeza contra el pollón del alfa.
—¿Te gusta maricón? Jajajajajajaja… ¡claro que te gusta! Hasta el puto fondo.
Diosa Ghalia me destrozaba el culo y su macho me taladraba la garganta. Estaba gimiendo
como una auténtica puta y como no podía contestar porque el macho me hacía arcadas
reventándome la garganta, empecé a empujar el culo hacia atrás.
—Eso es zorra….clávate tu solita en mi polla mientras comes polla. Solo vas a sentir placer
si te follan el culo o comiendo polla, cornudo maricón.
Después de un buen rato gimiendo en cuatro, Ghalia me ordenó voltearme. Puso mis
piernas en sus hombros y coloco su polla en mi ojete sin penetrarlo. El macho se acercó a
ella la besó y la lamió las tetas lascivamente y se coloco detrás de ella comiéndole el
cuello y clavándole su rabo.
Mientras Ghalia ponía los ojos en blanco siendo clavada por el pollón del macho, su strapon
entró lentamente en mi orto. Entonces el macho comenzó a empotrar a mi Diosa y con
cada embestida mi Diosa me clavaba su polla a mi también.
Ambos gemíamos mientras el macho empotraba cada vez más fuerte y más
rápido tensando los músculos de su cuerpo de 1’80. Ese cabrón no conocía el
cansancio era puro colágeno.
Diosa Ghalia se corrió 5 veces mientras la follaban y me follaba. Cuando el macho
estaba a punto de correrse saco la polla de su coño y se coloco a su lado. Mi Diosa, sin
parar de follarme empezó a pajearlo rápido hasta que chorros de leche brotaron del rabazo
de su macho.
La leche salpicó sus tetas en los dos primeros disparos mientras el macho gruñía de placer.
Después Ghalia apunto hacia mi minipolla. Su mano cubierta con un guante de látex, mi
pollita y su strapon quedaron empapados de una leche caliente que no paraba de brotar
Pero mi humillación no acabó ahí. Ghalia empezó a masturbarme con la mano izquierda,
usando como lubricante la lefa de su amante en mi pollita, mientras con la mano derecha
pringada de leche me la refregó por las mejillas y por los labios y empezó a follarme la boca
con sus dedos.
—Limpia mi mano cornudo. No sirves para follar, pero eres mi tragalefas. No dejes ni una
puta gota.
—Gracias mi Diosa. Si mi Diosa —contesté obediente mientras sentía un placer inmenso.
Cuando acabe de lamer sus dedos, Diosa Ghalia acerco sus tetas.
—Lame los lefazos de mi macho, maricón. Límpiame, cornudo.
No deje ni una gota obediente y a duras penas podía aguantar el pajote humillante.
Pero esto no había acabado…el macho y mi Diosa se pusieron uno a cada lado. Cerca de
mi cabeza Ghalia acerco su strapon….goteando leche de alfa
—Ya sabes lo que tienes que hacer. Chúpame la polla, beta maricón.
Empecé a chupar su polla, que tenía el mismo sabor que ya conocía. El sabor de la lefa
caliente y recién ordenada de su alfa.
Ghalia saco su strapon de mi boca y metió con su mano el pollón morcillón y goteando de
su macho en mi boca.
—Eso es…límpianos las pollas putita. Para esto te quiero. Para follarte el culo, para mamar
pollas y para lamer corridas.
Y me obligaba a mamar su strapon cinco segundos y la polla de su macho otros cinco.
Entonces aceleró el ritmo de su mano en mi pollita y pedí permiso para correrme.
—Todavía no maricón. Hasta que Él no se corra no puedes correrte.
Ghalia clavo la polla de su macho en mi boca y comenzó a masturbarlo con su mano
izquierda, mientras con la derecha me tocaba a mí.
No iba a aguantar mucho más así que procure usar mi lengua para conseguir que el alfa se
corriera y funcionó. El Alfa gruñó y me soltó 3 chorros en la boca. Yo comencé a gemir
con la boca llena de leche mientras me corría casi simultáneamente con el.
—Eso es puta. Te has corrido cuando te han lefado la boca. ¿Ves como eres un puto cornudo
maricón? No puedes negarlo mi vida —dijo Ghalia burlándose mientras me sonreía.
—Ahora agradece a mi macho por alimentarte.
—Gracias por alimentarme y gracias Diosa por tanto placer —contesté.
—No no no, a mí todavía no me agradezcas. Acaba tu trabajo y limpia tu lechita de beta de
mi guante.


Ghalia acercó su mano y me hizo lamer la palma llena de mi leche. Para continuar
follándome la boca con sus dedos.

—Eso es putita. Ves la diferencia? Esto es leche de pichacorta. De cornudo maricón.
Y esto es leche de macho.


Ghalia acerco la verga de su macho, la apretó desde el tallo hacia arriba y consiguió que
brotara un goterón de leche de la punta de la polla.
—Lame la puntita con tu lengua de maricona. Y saborea. ¿Ves la diferencia?
—Veo la diferencia Mi Diosa. La leche de macho es mucho mejor.
—Jajjajajajajaajaa Me alegro que vayas aprendiendo cornudo. Aunque todavía hay algo
mejor.
Ghalia me agarro por los pelos y me llevo al cuarto de baño abriendo la mampara del baño.
—Tumbate boca arriba —dijo soltándome de los pelos y arrojándome al suelo de caliza de la
amplia ducha.
Me miró sonriendo desde arriba y un chorro de orina salpicó mi cara.
Con una mano en encima del clítoris y con movimientos de cadera Diosa Ghalia regó todo
mi cuerpo como si fuera un aspersor. Su néctar inundo mi cara, mi pecho, mi pollita, mis
piernas…..se meó encima mía completamente mientras me decía:
—Esto es todavía mejor ¿verdad? Has venido aquí a que te folle el culo, a ver cómo me follan,
a chupar polla, a tragar lefa y a que te mee encima. ¿Te gusta mi pis, cornudo?
—Me gusta mucho mi Diosa —contesté.
—Así me gusta cornudo. Ya sabes que lo hago por ti. Para educarte. Para convertirte en la
mayor puta. En el mejor cornudo.
—Cuando tu piel absorba bien mi meado, vienes a la habitación sin ducharte y te tumbas a
los pies de mi cama en el suelo. Vas a quedarte ahí toda la noche. Oliendo a lefa de mi alfa
y a pis de tu Diosa… mientras solo miras y escuchas como mi macho me sigue follando
toda la noche. ¿Entendido puta?”
Ghalia me soltó una guantada en la cara que no me esperé
—Entendido Diosa —dije con los ojos llorosos, aunque feliz de ser el puto cornudo maricón
de Diosa Ghalia.