Una práctica por la que preguntan mucho y que queda dentro de los kinks y fronteras del BDSM para muchos (para otros no, pero que cada cual cuide de su jardín sin meterse en el del vecino), es el pet play.
Esa práctica engloba una gran cantidad de cosas: entrenamiento, humillación, despersonalización, juego de rol, spanking, juegos de orina y mucho más, siempre en función de lo que la pareja o grupo D/s tengan pensado o quieran incluir.
Existen muchas variantes pero, siempre serán los implicados los que decidan lo que quieren abordar, o si lo harán progresivamente, que suele ser lo más responsable.
Primero tenemos la elección de la criatura en sí, para el pet play:
-Según instinto: la parte sumisa puede tener tendencia hacia algún tipo de animal en particular que le llame la atención o con quien se identifique.
-Por imposición del Dom, que elija la criatura y el trabajo de la parte sumisa será abordar psicológicamente la dimensión de la criatura y su comportamiento.
-Variando: si ninguna de las partes lo tiene claro, es común ir variando de animalito en animalito hasta encontrar uno con el que se sientan cómodos, o determinando sesiones o periodos en los que «es gato», «es cachorrito», «es un pony» si se quieren ir probando hasta encontrar con el que se sientan más cómodos o teniendo varios en su abanico, para distintas ocasiones.
¿Qué variantes de petplay podemos encontrar?
Puppy play:
Es el juego con un cachorrito no determinado (puede ser un perrito, un gatito), pero cuyo comportamiento siempre será ese, de cachorro, y habrá que entrenar, mimar y cuidar.
Kitty Play
En este caso se trata de un gato interpretado por la parte sumisa, con sus habituales comportamientos pero siempre con el matiz de dependencia de su Amo/Ama que lo cuidará o castigará adecuadamente.
Dog training o dog play:
Uno de los más habituales es pet play de perro. El dog training o entrenamiento de perros humanos está muy extendido y es muy fácil encontrar elementos para este como plugs de cola de perro, máscaras específicas, etc.

Pony Play
Uno de los temas que ya hemos tratado en este blog y que requiere por lo general más espacio, es sin lugar a dudas, el ponyplay. Esta práctica particular de BDSM se basa en la simulación lúdica de ser un caballo, con toda la parafernalia y comportamiento que esto conlleva. Suele implicar atuendos y vestimenta especializada que ayudan a crear una experiencia más realista e inmersiva, tanto para el «pony» como para la persona que actúa como su entrenador o cuidador.
Al requerir más espacio que otras prácticas del pet play, los aficionados al ponyplay a menudo tienen que ser creativos al utilizar sus ambientes o buscar lugares adecuados que permitan el movimiento libre y la representación de escenarios que se asemejen a los de un establo o pistas de entrenamiento. En algunos casos, se organizan eventos específicos donde se pueden encontrar las instalaciones apropiadas para una auténtica experiencia de ponyplay.
Cow Play
En el que la sumisa o esclava saca su naturaleza de vaca y el Dom la guía por su educación. En muchos casos incluye también el «ordeño» con diversos aparatos y dispositivos para simular más la experiencia, o con sesiones de ordeño, limpia con manguera, degradación, etc.
Pig Play
Quizás es el más «sucio» de todos por la propia naturaleza del animal y porque suele hacerse muchas veces con motivaciones de humillación y degradación, a la par que se educa a la criatura.
Consideraciones.
El Pet play no siempre engloba relación sexual, dependerá de la pareja y los objetivos que se marquen con esta práctica.
Para algunos es solo una forma de degradación y humillación mientras que para otras parejas que lo practican entra de lleno en el terreno de la relación y puede tener competencia sexual; como con todo, depende de los practicantes.
Parafernalia y atrezzo
Como todo en el BDSM el pet play tiene su propia parafernalia. Puede ir desde una simple diadema de orejas de gato hasta un traje integral de látex de cachorrito perruno, aperos y arneses para el pony y hasta calzado que simula cascos de caballo, cencerros, máscaras y ordeñadoras para las vacas, plugs anales con forma de cola para casi todos ellos, y por supuesto, juguetes, sobre todo para las mascotas más comunes como perros y gatos, bowls para la comida/agua. En casos más extremos algunos dominantes más avanzados pueden crear restricciones para atar manos y brazos y que el sumiso camine sobre sus codos o rodillas, usar manoplas para «hacer desaparecer» las manos humanas, atar dedos para simular pezuñas en vacas o cerdos, etc. El límite está en la imaginación, por supuesto.
Y vosotros, ¿tenéis algún pet play favorito?